"La llave", obra de la poeta cutralquense, decora las escaleras del CCK. El poema, publicado en el libro "Como mil flores" de 2007, está impreso en el frente de los escalones. (foto:- @holaneuquen)
En realidad, no es la primera vez que Macky es homenajeada en el CCK. En 2015 la Red Federal de Poesía -una iniciativa de los ministerios de Cultura y Educación de la Nación y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip)-, presentó en el festival Poética al periodista Gerardo Burton, con la proyección “Homenaje a Macky Corbalán”, un documental dirigido por los poetas neuquinos Tomás Watkins, Cristian Carrasco y Bruno Revello, realizado con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes (FNA).
En la película se la ve a Corbalán, que falleció en Neuquén en septiembre de 2014, reflexionando sobre su actividad poética, su militancia y su compromiso con lo que ella llamaba “vivir poéticamente”.
“Que la poesía sea el vivir -decía Macky-. Si uno escribe, es un bonus genial. Pero si no escribís, igual sos poeta”. Y entrega otra definición sobre su poesía: “El ritmo es la organización del movimiento de la palabra en el cuerpo. De esa manera la escritura es cuerpo, de esa manera la poesía es vida, y de esa manera también es comunidad”.
En el final del video, Macky lee poemas de sus libros “La pasajera de arena” (1992), “Inferno” (1999) y “Como mil flores” (2007).
Burton, amigo de Corbalán y editor de su último libro, “Anim(a)is”, publicado por La cebolla de vidrio en 2013, explicó: “Queríamos hacer este homenaje primero por una cuestión personal y afectiva, pero especialmente por su valoración como poeta, ya que para muchos de nosotros Macky es una de las voces más importantes de la poesía de la Patagonia, que ha trascendido incluso la región”. Ahora, hay una nueva recuperación del trabajo literario de la escritora cutralquense con la impresión en la escalinata del CCK.
La llave
La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.
Sonríe y mira.
"La llave de mi corazón" decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera elegir
el momento, el modo de la entrada.
Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.
Antes que la religión, el amor
es materia de fe.