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El gobierno de Neuquén dio el visto bueno al ingreso de carne con hueso al sur del río Colorado, pero únicamente bajo condiciones sanitarias, de trazabilidad y embalaje sumamente rigurosas. Así lo explicó el secretario de Producción e Industria de la provincia, Diego García Rambeau, buscando disipar las preocupaciones que sacuden al sector agropecuario patagónico.

La medida surge de una resolución nacional que, en su versión original de marzo, había desatado una fuerte polémica y el temor de productores, autoridades y consumidores de toda la Patagonia. Sin embargo, la presión coordinada de los gobiernos provinciales, incluyendo Neuquén y Río Negro, logró suspenderla y renegociar sus términos por 90 días.

"La resolución original permitía el ingreso de medias reses, pero gracias a nuestra intervención, se logró posponer y renegociar", detalló García Rambeau a RN Radio. Lo que finalmente se aprobó es un protocolo muy estricto que solo autoriza el ingreso de planchas de asado (el tradicional costillar). Estas deben venir con doble embalaje al vacío, maduración con un pH menor a 6, refrigeración adecuada y una trazabilidad total desde el animal en pie hasta su faena.

El funcionario fue enfático: “No se levanta la barrera, sigue siendo fitosanitaria. Se permitió el ingreso de un corte puntual bajo un protocolo riguroso que no pone en riesgo el estatus sanitario diferencial que siempre defendió la Patagonia”. Su objetivo es llevar tranquilidad al sector, remarcando que el estatus sanitario de la región está a salvo.

García Rambeau admitió que esta flexibilización tendrá implicancias comerciales en los precios. No obstante, aclaró que "entre el 60 y el 65% de la carne que se consume en la Patagonia ya venía del norte del país envasada al vacío", por lo que no espera una baja drástica en los precios al consumidor. Ante la inquietud de los productores locales, el secretario remarcó que "ahora ingresa carne con un control exhaustivo, y eso da previsibilidad. No es lo mismo que el contrabando o los ingresos informales que existían y no respetaban ningún protocolo”.

Sin embargo, el funcionario no dejó de señalar el impacto negativo de la resolución original en el mercado ganadero. Tras su publicación, el precio de la hacienda en pie cayó un 30%, justo cuando los productores comercializaban terneros de destete. "Fue un golpe duro para los productores... y lo más grave es que esa caída no se trasladó a las góndolas: los precios al consumidor final no bajaron", denunció, criticando que "cuando las medidas son inconsultas y sorpresivas, generan un descalabro. Y los más perjudicados terminan siendo los que producen”.

Finalmente, el secretario destacó la coordinación entre las provincias y entidades agropecuarias. "Lo importante es que esta vez se actuó en conjunto... ahora hubo diálogo, debate y una postura unificada de la Patagonia para defender su estatus sanitario", concluyó.