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La gestión de Claudio Larraza arrancó con el reclamo de cambio que prometió y la resistencia al nombramiento de Guillermo Mercado. No obstante, el jefe comunal sorteó el problema sin sacrificio de capital político.

Y no es casual: las encuestas señalan que tiene un apoyo social que es cercano al 75%. Es todo un dato: su figura está intacta y tiene un amplio marco de confianza para poder gestionar con tranquilidad y sólo apurado por cumplir sus compromisos de campaña con la sociedad. 

El jefe comunal debutó con un discurso sólido el sábado, donde tendió manos y mostró puentes. A los vecinos les pidió ayuda y acompañamiento teniendo en claro que "estamos obligados a brindar soluciones".

Larraza fue contundente: Plaza Huincul lleva años de promesas incumplidas y discursos vacíos con obras a medio camino. Es hora de hacer; se terminó el verso.

También se dirigió a los empleados municipales a quienes les aseguró que no habrá persecuciones pero si apoyo y respeto hacia los trabajadores. Una de las quejas de los vecinos es la atención cuando hacen reclamos por servicios y ese es un tema de capacitación.

Hubo también un mensaje hacia el interior del espacio que conduce: "Cada fuerza política tiene su representación en el Ejecutivo", dijo. En este tema hay varias mechas listas para encender; habrá que ver qué ocurre con el paso de los días.

Un dato que el jefe comunal debería tener en cuenta, es que la chispa surgida este lunes en el Centro de Acopio tiene origen en el hartazgo de las viejas prácticas de la política y no en la oposición a su figura. El mensaje de los empleados parece ser: la repetición de nombres de la anterior gestión, con prácticas de la gestión anterior, hace que se parezca a la anterior gestión.

Claro que hay grupos presionándolo. Pero no son los del Centro de Acopio que solamente piden trabajar tranquilos. Son los que quieren los cargos. 

Claudio Larraza tiene todo por delante, pero las decisiones que tome en los próximos 10 días van a marcar su camino: puede ganar la gente común o los que quieren los cargos. Los vecinos están dispuestos a acompañarlo y es evidente en los niveles de confianza; ahora depende de él.