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Las víctimas mortales serían una mujer y su hijo de aproximadamente seis años, cuyos cuerpos fueron hallados sin vida en uno de los dormitorios. En el comedor, los equipos de emergencia encontraron el cuerpo sin vida de un joven, primo del inquilino del departamento. El inquilino, un hombre de 26 años, fue rescatado con quemaduras y derivado de urgencia al hospital Castro Rendón. La incertidumbre y el dolor se acrecientan con la desaparición de un bebé de apenas dos meses, que se presume también se encontraba en el lugar y lo buscan entre los escombros.

Según fuentes policiales, la familia de origen venezolano residía en Neuquén desde hacía un tiempo. Uno de los primos había traído a su esposa e hijo en diciembre pasado, y apenas seis meses después, una tragedia impensada truncó sus vidas y sueños.

Personal de Criminalística trabajó intensamente durante la noche del viernes para realizar la perimetría y levantar los cuerpos. El Comisario José Rivas, de la División de Bomberos de la Policía, confirmó la muerte de las tres personas y destacó la magnitud de los daños, que fueron totales en el interior del departamento.

Las pericias pertinentes para determinar el origen del punto de ignición se realizarán en las próximas horas. Asimismo, resta la crucial tarea de remoción de escombros para poder dar con el paradero del bebé. La comunidad espera con angustia y esperanza el desenlace de esta búsqueda.

En la planta baja del complejo de departamentos, residían dos jóvenes de la comunidad gitana que, afortunadamente, no se encontraban en el lugar al momento del incendio. Uno de sus padres se acercó al sitio para informar que estaban de viaje.