La ciudad de Los Ángeles se encuentra en un estado de creciente tensión luego de que el Departamento de Policía local emitiera una orden de desalojo inmediato para el centro de la ciudad, declarando ilegales todas las concentraciones en la vía pública. Esta medida drástica llega tras una jornada de intensas protestas que han dejado huellas de disturbios y una escalada en la respuesta de las autoridades.

El corazón de la ciudad permanece bajo fuerte vigilancia policial, con calles cerradas al tránsito vehicular y peatonal. Numerosos agentes, tanto a pie como montados, patrullan las áreas aledañas al Ayuntamiento, donde reina una tensa calma. Las calles, prácticamente desiertas, muestran los vestigios de la movilización: grafitis en edificios oficiales, botellas aplastadas y desechos dispersos atestiguan el paso de los manifestantes.

Entre los incidentes más graves, varios taxis autónomos de la empresa Waymo fueron atacados e incendiados, lo que llevó a la compañía a suspender sus operaciones en la zona afectada. "Hemos suspendido temporalmente las operaciones y estamos retirando nuestras unidades por precaución", señaló un vocero de la firma. Hasta el momento, las autoridades locales no han informado sobre detenciones ni heridos, aunque se espera un informe oficial en las próximas horas.

Periodista herida por bala de goma
Un preocupante incidente se registró cuando una corresponsal de televisión, Lauren Tomasi, resultó herida por balas de goma disparadas por la policía mientras informaba desde el lugar de los hechos. Su medio de comunicación expresó en redes sociales que la periodista "quedó atrapada en el fuego cruzado cuando el Departamento de Policía de Los Ángeles disparó balas de goma contra los manifestantes en el corazón de Los Ángeles". Imágenes de video muestran el momento exacto en que la reportera es alcanzada en su pierna izquierda, obligándola a agacharse, luego de que un agente le apuntara y disparara.

Trump despliega la Guardia Nacional sin consentimiento local
La situación se complejiza con la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de firmar una orden para desplegar 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles. Esta medida se tomó sin el pedido del gobernador Gavin Newsom, en un intento por sofocar las protestas que estallaron tras una serie de redadas migratorias realizadas por el ICE en distintos puntos de la ciudad.

"El presidente Trump firmó un memorando presidencial para el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional para controlar la anarquía que dejaron arraigarse", declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. En paralelo, Trump advirtió en su cuenta de Truth Social que "si el gobernador Gavin Newscum, de California, y la alcaldesa Karen Bass, de Los Ángeles, no pueden hacer su trabajo, lo cual todo el mundo sabe que no pueden, entonces el Gobierno Federal intervendrá y resolverá el problema".

Fuerte Rechazo de Autoridades Locales
El despliegue de la Guardia Nacional ha generado una fuerte oposición en California. El gobernador Gavin Newsom lo catalogó como una maniobra "inútil y provocadora" que carece de fundamento, asegurando que las fuerzas estatales tenían la situación bajo control. También criticó el anuncio de marines en alerta como un acto "desquiciado" que agrava las tensiones.

De igual modo, la alcaldesa Karen Bass expresó su rotundo rechazo a la intervención federal y condenó el carácter "innecesario" y "espectacular" de la medida. Las protestas iniciales se desencadenaron el pasado viernes, luego de que agentes de inmigración realizaran redadas en centros de trabajo en diferentes partes de la ciudad, generando los primeros enfrentamientos que duraron varias horas.

La ciudad de Los Ángeles se mantiene en vilo, a la espera de cómo se desarrollarán los acontecimientos ante la escalada de las protestas y la intervención federal no solicitada.