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La polémica por los sueldos de los legisladores nacionales vuelve al centro de la escena. Tras la reciente resolución de la vicepresidenta Victoria Villarruel que habilitó la renuncia al último incremento salarial, bloques como La Libertad Avanza, el PRO, la UCR y la mayoría de los senadores federales ya presentaron cartas formales solicitando no percibir esa suba. Sin embargo, a pesar de esta renuncia parcial, seguirán cobrando aproximadamente $9 millones brutos de dieta. Hasta el momento, el bloque peronista no se ha pronunciado al respecto.

El origen de este nuevo incremento se remonta a principios de mes, cuando se otorgó a los trabajadores del parlamento un aumento retroactivo del 1,3% para marzo, que se repite en abril y mayo. Dado que los senadores volvieron a "engancharse" a las paritarias legislativas en abril, sus dietas habían saltado de $5,4 millones a $9,1 millones brutos (incluyendo desarraigo y gastos de representación). Con este nuevo incremento acumulativo, el total de sus ingresos se elevó a unos $9,5 millones.

La renuncia parcial y las tensiones por los fondos

El bloque de La Libertad Avanza fue uno de los primeros en anunciar públicamente su renuncia, pero aclaró que esta se aplicaba solo al último aumento, es decir, a los casi $400 mil adicionales. Esto significa que sus senadores mantendrán una dieta de aproximadamente $9 millones brutos, que tras las deducciones quedarían en unos $7 millones en mano.

La situación, sin embargo, abrió tensiones sobre el destino de los fondos a los que los legisladores renuncian. En este sentido, algunos senadores propusieron destinos específicos para ese dinero. Por ejemplo, el senador radical Flavio Fama solicitó en su carta que la porción de su incremento a la que renuncia sea donada a la Facultad de

Tecnología y Ciencias Aplicadas de Catamarca. En la misma línea, la senadora rionegrina Mónica Silva pidió que "los aumentos que no perciban los senadores sean destinados al hospital Garrahan".

La controversia persiste en un contexto de ajuste económico general, poniendo el foco nuevamente sobre los ingresos de la clase política.