Por: Pipo Rossi
Se trata de Jorge Martínez Arias que completará la distancia de 1450 kilómetros desde San Patricio del Chañar hasta Hernández, la tierra que lo vio nacer, ubicada en el Departamento Nogoyá.
Hernández es un municipio del distrito Algarrobitos con una pequeña porción en el distrito Montoya del departamento Nogoyá en la provincia de Entre Ríos.
Una historia real y el motivo del viaje son grandes disparadores de esta aventura especial.
Hay un momento de la mañana que es el favorito del entrerriano Jorge Arias, que es justo a un costado de la ruta, todavía cuando cae el rocío y el sol apenas alumbra el campo en completo silencio.
Este entrerriano tiene a sus dos caballos criollos color lobuno, “Chimbo” y “Rodrigo”, que siempre están despiertos y preparados para lo que vendrá.
También tiene a su compañera de la vida, su esposa Mónica, a sus amigos de aventura.
Es una mañana de este marzo de 2024, este maestro que dejó San Patricio del Chañar, en Neuquén, sigue andando a caballo para llegar a su tierra natal, Hernández, en Entre Ríos.
No hay intenciones de hazaña en su travesía de 1.450 kilómetros, más bien ganas de narrar y de saberse un poco más él.
En 1981, Jorge Martínez Arias tomó la decisión de trasladarse a Neuquén en pos de progreso y con una firme vocación dedicarse a la educación rural.
En su vida, tuvo muchas pasiones como el periodismo, la docencia, y la poesía.
Pero de todas ellas hay una que siempre lo cautivó: su vínculo con los caballos.
En ello se encerró una añoranza de más de 40 años, como una llamita pequeña pero intensa que algún día vería la luz.
“Un año después de instalarme en Neuquén llegó mi hermano. En ese momento yo era docente en una escuela rural que ya no existe más.
Mi hermano es un domador de caballos, aplica un amanse del tipo racional.
Yo también estoy convencido de que el amanse del animal tiene que ser racional y no a golpes, ni maltratos.
En ese momento él no conseguía trabajo y quería volver a Entre Ríos. Entonces le comenté “subite a los caballos y yo te acompaño”.
Pero después lo contrataron y decidió no volver. Desde entonces me dije: “algún día voy a hacer el viaje yo”.
Su sueño quedó suspendido, pero nunca dejó de criar caballos, ni de enseñarle a todos sus hijos el trato cariñoso hacia estos animales.
De hecho, luego de que se jubilara como docente volvió a intensificarse ese deseo inconcluso.
Entonces, pidió a su hijo mayor que le enviara dos caballos desde Entre Ríos. Estos eran Chimbo y Rodrigo.
En diciembre del año pasado terminó sus funciones, dejó pasar un tiempo, se acomodó y ahora sí, está regresando a su tierra.
Su proeza puede trazar un paralelismo con el caso de otros amantes de los caballos, como Aimé Tschiffely, quien realizó una travesía histórica desde Buenos Aires a Nueva York con dos caballos: Gato y Mancha.
Al momento Jorge está en la provincia de La Pampa. Ya atravesó Neuquén y Río Negro, pero todavía le quedan Buenos Aires y Santa Fe para llegar a Entre Ríos.
En esta aventura una de todas las cosas que hará a lo largo de los kilómetros de distancia que lo separan de Entre Ríos es registrar millones de imágenes y algunos videos, una forma de documentar esta aventura especial que lo tiene como protagonista, cumplir el objetivo de lograr unir Neuquén con Entre Ríos a caballo.