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La revista científica británica The Lancet publicó una nota en su portada en la que lamenta que la iniciativa se haya "quedado corta" por estar supeditada a la voluntad de los países ricos de compartir sus dosis.

La revista científica británica The Lancet publicó una nota en su portada en la que lamenta que "una hermosa idea" como la de la iniciativa Covax para proporcionar vacunas contra el coronavirus a todos los países del mundo "se quedó corta" por culpa de los países ricos que acumularon dosis.

"Covax estaba destinado a suministrar vacunas de Covid-19 para todos sobre la base de la solidaridad y la equidad. En cambio, se basa en la voluntad de los países ricos de compartir sus dosis", afirma la publicación.

La iniciativa Covax fue lanzada en abril 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto una alianza público-privada dedicada a promover la vacunación conocida como Gavi.

La revista señala que su lanzamiento fue concebido como un intento "incomparable y ambicioso" de llevar inmunizantes a todos los países y fue aclamado como un "esfuerzo heroico global" que "trascendería los límites del ingenio humano" para asegurar que el desarrollo de fármacos progresara lo más rápido posible.

"Esta visión no se ha cumplido" pese a que sí se alcanzó el objetivo de recaudar 8.300 millones de dólares para la adquisición y entrega de vacunas en 92 países de ingresos bajos y medios que fueron seleccionados en los próximos dos años.

"Incluso con la financiación completa", el despliegue de Covax fue "mucho más lento que en los países de ingresos altos" y "hoy, diez países han administrado el 75% de todas las vacunas contra la Covid-19, pero, en los países pobres, los trabajadores de la salud y las personas con enfermedades subyacentes no pueden acceder a ellas", critica la nota.

La OMS estima que se necesitan 11.000 millones de vacunas para acabar con la pandemia.

Hasta el momento se han entregado 2 mil millones de dosis, de las cuales Covax fue responsable de menos del 4%.

Uno de los miembros del equipo de trabajo convocado por Gavi para discutir el diseño del programa, Gavin Yamey expresó que "fue una hermosa idea, nacida de la solidaridad", pero "desafortunadamente, no sucedió, los países ricos se comportaron peor que en las peores pesadillas de nadie".

Covax, que diseñado para sostenerse sobre dos patas: una para los países que pagarían sus propias vacunas y la otra para los 92 países de ingresos más bajos, cuyas dosis serían financiadas con ayuda de donantes.

Pero a medida que los países que podían abonarlas firmaron contratos bilaterales con las farmacéuticas "se aseguraron un lugar al frente de la fila" mientras que Covax, al no tener medios para competir "fue rechazado".