En las últimas 24 horas se sumaron 63.924 casos y 248 muertes. La presión hospitalaria está creciendo. En algunas regiones y ciudades, entre ellas Berlín, los centros de salud están cerca del límite de sus capacidades. Alemania volvió a alcanzar este sábado niveles récord de contagios de coronavirus y temen la llegada de una quinta ola si no se restringen los contactos y se avanza con la campaña de vacunación, alertó el Instituto de virología Robert Koch (RKI).
En las últimas 24 horas se sumaron 63.924 casos y 248 muertes, de acuerdo al balance oficial que indicó que la incidencia semanal de positivos se situó en torno a los 362,2 por cada 100.000 habitantes, unas cifras que hacen saltar todas las alarmas.
En total, Alemania notificó 5.312.215 contagios y 98.987 muertos desde que comenzó la pandemia.
La presión hospitalaria también está creciendo y en algunas regiones y ciudades, entre ellas Berlín, los centros de salud están cerca del límite de sus capacidades.
"Si la reducción de contactos y la vacunación no tienen éxito de forma intensiva, también tendremos una quinta ola según el modelo actual", alertó el presidente del RKI, Lothar Wieler en declaraciones a la agencia de noticias Europa Press.
El titular del ente gubernamental de control de enfermedades contagiosas lleva días insistiendo en que hay que evitar las grandes celebraciones, eventos y concentraciones de personas en espacios cerrados.
El experto abogó por una acción preventiva, también en las regiones comparativamente menos afectadas por la pandemia.
"En los estados federados en los que las cifras son todavía bajas, tenemos la posibilidad de mantenerlas bajas con restricciones de contacto. Cuando las cifras son elevadas, en realidad es muy tarde, si no demasiado tarde", alertó, aclarando que romper la tendencia al alza es más fácil cuando las cifras son bajas.
"Lo segundo que tenemos que hacer ahora es aumentar masivamente la vacunación", añadió Wieler.
Sin embargo, explicó que este aspecto no afectará al aumento de nuevos contagios tan rápidamente como la reducción de contactos.
"Los efectos se verían en tres o cinco semanas, la vacunación funciona a mediano plazo", observó.
Por su parte, la Comisión Permanente de Vacunación de Alemania (Stiko) también dejó claro que hay que lograr altas tasas de dosis de refuerzo para que tengan efecto en la dinámica de propagación.
"La vacuna es la forma de salir de la pandemia", enfatizó Wieler. "Pero no por ello se pueden descuidar por completo otras medidas, agregó.
La población alemana se viene resistiendo a aplicarse los inoculantes contra la Covid-19, por lo que al país le está costando alcanzar cifras que lo acerquen a la inmunidad de rebaño.
Hasta el momento, un 67,9 % de la población recibió la pauta completa y un 70,4 % al menos la primera dosis.
Mientras tanto, los contagios siguen en aumento.
La tasa de incidencia hospitalaria, que es ahora el principal parámetro para tomar mayores medidas de restricción, se encuentra en 5,34 por cada 100.000 habitantes, por ahora lejos del valor más alto registrado que tuvo lugar durante la pasada Navidad, cuando había 15,5 hospitalizados por cada 100.000 personas.
El Gobierno todavía dirigido por Angela Merkel se venía negando a tomar restricciones demasiado severas ante el inminente recambio de autoridades.
Sin embargo, el jueves, la canciller y los dirigentes regionales decidieron que las personas que no se hayan inmunizado tendrán vetado el acceso a los lugares públicos, en cuanto el umbral de hospitalizaciones supere los tres enfermos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, una situación que ya se da en 12 de los 16 Estados que componen el país.
Esa regla ya se venía aplicando en las regiones más afectadas, como Sajonia.
En la reunión también se decidió que la población deberá trabajar desde casa, siempre que sea posible, y que el pase sanitario será necesario para utilizar los transportes y también en el lugar de trabajo.