El Colegio de Abogados y Procuradores de la II Circunscripción Judicial de la Provincia Del Neuquén recuerda en un escrito que "El 6 de Julio se conmemora un nuevo aniversario de la “Noche de las Corbatas”, un crimen brutal cometido por la última dictadura contra 11 personas, entre ellas seis Abogados que defendían el Estado de Derecho".
"La Federación Argentina de Colegios de Abogados en el año 2004 fijó este día para conmemorar este cruel ataque a los derechos humanos", sostiene un documento que pide "Memoria, verdad y justicia" .
"La Noche de las Corbatas" es el nombre con el que los represores bautizaron una serie de secuestros y ejecuciones de abogados laboralistas ocurridas en Mar del Plata, entre el 6 y el 8 de julio de 1977.
Las víctimas fueron conducidas al centro clandestino "La Cueva", donde maniatados, encapuchados y golpeados escucharon como el general Alfredo Arrillaga, máximo responsable de la represión ilegal en la ciudad, en tono sarcástico les preguntaba: "¿Qué es esto..?" y se respondía: "Esta es la 'Noche de las Corbatas' pero resulta que ahora los que administramos justicia somos nosotros".
Los abogados tuvieron entonces, por primera vez desde que se inició su terror personal, la confirmación de que sus secuestros estaban motivados por sus desempeños profesionales, centrados en la defensa de trabajadores y sus gremios.
A iniciativa de otro laboralista, Héctor Recalde, se instituyó el 6 de julio como Día Nacional del Abogado Víctima del terrorismo de Estado y cada año se multiplican las voces e instituciones que difunden y reivindican el trabajo de estos abogados.
Las víctimas
El mayor del grupo, Norberto Centeno, era un peronista conservador y verticalista, abogado histórico de la CGT.
Jorge Candeloro, discípulo y socio de Centeno durante años, era en cambio el referente del Partido Comunista Revolucionario (PCR) y al momento del secuestro ensayaba un exilio interno, intentando alejarse de la militancia, en la ciudad de Neuquén.
Salvador Arestín defendía pescadores del puerto y Tomás Fresneda era un intelectual, herrero talentoso con simpatía por el peronismo de izquierda pero sin compromiso orgánico.
Raúl Alais había sido un infatigable militante en la izquierda universitaria que en los últimos tiempos se había distanciado de la actividad política por el incremento de la represión.
Al momento de "La Noche de las Corbatas", el grupo no tenía relación entre sí, ni con las organizaciones político-militares de la época, que solía ser el criterio de la dictadura para elegir a sus víctimas.