Río de Janeiro enfrenta una ola de calor sin precedentes, con una sensación térmica que podría alcanzar 62,7°C. Factores como la alta presión atmosférica y la geografía de la ciudad crean una "isla de calor urbana," poniendo en riesgo la salud de sus habitantes. Las condiciones meteorológicas actuales no anticipan un alivio inmediato.
Río de Janeiro se enfrenta a una intensa ola de calor que ha despertado la preocupación de los expertos, quienes advierten que la sensación térmica podría superar los 62,7°C, un nivel difícil de soportar para el cuerpo humano. Según informan los meteorólogos, esta situación podría prolongarse hasta finales de la próxima semana, debido a una combinación de factores climáticos y geográficos que convierten a la ciudad en una «isla de calor urbana».
En concreto, el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil prevé para la próxima semana que el termómetro alcance los 40°C este lunes y llegue a los 62,7°C de sensación térmica por registros de humedad de hasta 80%.
"De hecho, no se sabe del todo por qué hace tanto calor en Río de Janeiro. Es una compleja suma de factores lo que hace que tengamos un calor terrible", señaló Wallace Menezes, profesor de meteorología de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
Fábio Gonçalves, profesor de Biometeorología de la Universidad de San Pablo, advierte que la temperatura del aire superior a 36,5°C representa un riesgo para la salud, ya que el cuerpo humano debe esforzarse más para mantener su equilibrio térmico. Con temperaturas de 37°C o más y una humedad superior al 70%, las personas pueden sufrir problemas de salud debido a la dificultad para evaporar el sudor.
El verano en Río de Janeiro ha sido particularmente seco, con precipitaciones muy por debajo de la media. Según Ana Paula Cunha, investigadora del Cemaden, cerca de la mitad de la ciudad recibió entre el 33% y el 40% de la lluvia esperada entre enero y febrero. Esta falta de precipitación no solo agrava el calor, sino que también favorece la concentración de lluvias repentinas y catastróficas cuando estas ocurren.
Aunque el océano Atlántico suele ofrecer cierta moderación climática, actualmente su temperatura es inusualmente alta, lo que impide la formación de la brisa marina que podría aliviar el calor en la ciudad. Esto ha dejado a los habitantes de Río sin un respiro del calor extremo, y las autoridades no prevén un cambio significativo hasta marzo.
Río de Janeiro ha sido clasificada en nivel de calor 3 (NC3), lo que significa que se esperan temperaturas elevadas continuas durante al menos tres días consecutivos. Con la sensación térmica potencialmente alcanzando niveles récord, las autoridades instan a la población a tomar precauciones para mitigar los efectos del calor extremo.