La "Roja" cayó 3 a 0 en la definición desde los doce pasos ante el conjunto marroquí, que tuvo como principal figura a su arquero Bono que tapó dos penales. El equipo africano espera en cuartos de final a Portugal o Suiza.
La selección de Marruecos derrotó a Espeña en octavos de final, en un partido que se definió con tiros desde el punto penal luego de empatar sin goles durante 120 minutos de juego en el estadio Education City de Doha.
El partido fue arbitrado por el argentino Fernando Rapallini, quien amonestó a sólo dos jugadores en el último tramo del período reglamentario: Aymeric Laporte (77'), de España, y Romain Saiss (90') en Marruecos.
Con sus 10 jugadores de campo en tres franjas del césped, más o menos adelantadas, pero siempre juntas, neutralizaron el pase entre líneas de Sergio Busquets, Gavi y Pedri y no sufrieron en el arco de Bono, salvó cuando el jugador del Sevilla arriesgó con los pies y facilitó una peligrosa recuperación de España luego anulada off side de Ferrán.
Sobre la banda derecha, Marruecos ubicó a sus jugadores de mayor jerarquía, Achraf Hakimi y Hakim Ziyech, pero el desequilibrio lo provocó por el costado opuesto Sofiane Boufal.
A puro amague, el jugador de Angers se fabricó los espacios para complicar a Marcos Llorente y gestó la mejor ocasión del primer tiempo con un centro-habilitación que Aguerd cabeceó desviado desde inmejorable posición en el área.
Luis Enrique rotó las posiciones de Gavi y Pedri en la mitad de la cancha; fijó en las bandas a Ferrán y Dani Olmo para abrir el cerrojo pero la organización del conjunto magrebí permanecía intacta.
A la expectativa de una inspiración individual, España mostró una tendencia a la lateralización por falta de espacios. Rodri, uno de sus marcadores centrales, fue quien más veces pasó la pelota en el partido.
La tenacidad de la marcación marroquí no se modificó ni en ápice, lo que generó la reacción de la prensa y el público español contra Rapallini, señalado por permisivo.
Los ingresos de Morata y Williams renovaron el ataque de España y precipitaron algunas posibilidades de riesgo en el área rival, también por el cansancio del seleccionado africano en el último cuarto de hora.
Regragui hizo cuatro cambios entre los 37 y 39 minutos del segundo tiempo para tener una formación fresca en la prórroga. Williams confirmó su buen ingreso con peligrosos desbordes por el sector derecho que daban esperanza.
Marruecos, apuntalado por el oficio de su mediocampista central Amrabat, contestó con dos llegadas de Cheddira, una de ellas conjurada por Simón con sus pies. En un clima de tensión y dramatismo, el partido estaba para el que acertara en una ataque y pudo ser de España en la última jugada con una aparición de Sarabia, cuyo remate despintó el palo derecho de Bono.
Finalmente la moneda cayó en favor de los marroquíes por la grandeza de su arquero Bono y la falta de puntería de los españoles.