Un reciente estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA) emitió una dura advertencia sobre el grave deterioro del poder adquisitivo de la clase media argentina en el último año y medio. El informe, elaborado por el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina, señala que la aparente recuperación salarial en el último trimestre de 2024 es engañosa, ya que el explosivo aumento de los servicios públicos disparó los gastos fijos y forzó una "profunda reconfiguración" del consumo.
El trabajo subraya que el "aumento desmedido de los precios relativos, especialmente en servicios esenciales, obligó a rediseñar las canastas de consumo", desplazando bienes tradicionales como la carne vacuna o la indumentaria, y "resignando así calidad de vida".
Según el informe, "la clase media no solo vio deteriorarse su poder adquisitivo, sino también su acceso a bienes y actividades que históricamente definieron su posición social". En este sentido, el primer año del gobierno de Javier Milei "ha implicado una pérdida sostenida de la capacidad de consumo y del bienestar para la clase media argentina".
Erosión de ingresos y redefinición del estilo de vida
El Centro de Estudios de la UBA es contundente: "El desproporcionado aumento de tarifas y servicios en comparación con los salarios, la reconfiguración forzada de las canastas de consumo y la marcada caída en sectores clave como los shoppings, son pruebas irrefutables de la erosión de los ingresos de esta clase social".
La investigación enfatiza que "la aparente recuperación salarial (...) no logra ocultar la realidad de una clase media que se ve obligada a redefinir su estilo de vida, sacrificando calidad y limitando su acceso a bienes y actividades que históricamente la identificaron". Este escenario "plantea serios interrogantes sobre la sostenibilidad del poder adquisitivo y el futuro del bienestar de este segmento fundamental de la sociedad argentina".
El estudio revela un cambio drástico en la composición del gasto de los hogares. "Durante el primer año de la gestión Milei, el 59% del gasto se destinó a servicios, lo que representa un aumento de 10 puntos porcentuales respecto al año anterior", indica. Esto significa que "el poder adquisitivo real se vio mermado por la necesidad de cubrir costos fijos ineludibles".
En síntesis, el informe observa una "erosión del poder adquisitivo y retroceso social", donde "los salarios son insuficientes para mantener la posición social" y "la capacidad de compra de bienes y servicios tradicionalmente asociados a la clase media también sufrió una caída notoria".