Roberto Carlos Rejas, condenado a prisión perpetua, era intensamente buscado desde el 27 de septiembre, cuando pidió ir al baño y se fugó por una ventana de la sede de bomberos.

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El exguardiacárcel que se fugó del Cuartel de Bomberos de Tucumán tras ser condenado a prisión perpetua por matar a su expareja y a su hijo de 2 años en 2016 y sobre quien pesaba un pedido de captura nacional e internacional, fue detenido tras 17 días de permanecer prófugo en un camping de la provincia de Salta, donde se hacía pasar por un estudiante jujeño, informaron hoy fuentes judiciales.

Se trata de Roberto Carlos Rejas (36), quien era intensamente buscado desde el 27 de septiembre último, cuando pidió ir al baño y se fugó por una ventana de la sede de bomberos, donde estaba detenido transitoriamente.

Por información sobre su paradero, el Gobierno tucumano ofreció dos millones de pesos de recompensa y, esten jueves, tras información aportada por un testigo de identidad reservada, el prófugo fue finalmente localizado y detenido en el camping “Mi Tata”, ubicado en el paraje El Saladillo, a 5 kilómetros de Coronel Moldes, en Salta, indicaron las fuentes.

“Ayer, jueves 14 de octubre, a las 18.20 horas fue detenido en la provincia de Salta, el prófugo Rejas, condenado a prisión perpetua el 23 de septiembre pasado, tras ser encontrado culpable de los asesinatos de Milagros Avellaneda (26) y su hijo Benicio (2)”, cometidos en el año 2016 y cuyos cuerpos no fueron hallados, informó el Ministerio Público Fiscal (MPF) tucumano.

La detención
De acuerdo con los voceros, el exguardiacárcel estaba desde hacía unos días en ese camping, donde había dicho ser un estudiante oriundo de la provincia de Jujuy.

Según comunicó el MPF, tras la declaración del testigo de identidad reservada, los investigadores se contactaron con la Policía de Salta para constatar que se trababa verdaderamente de Rejas y luego procedieron a su detención. Al momento del arresto el prófugo “tenía el cabello corto, barba crecida de un par de días y vestía remera y short azul y una gorra roja”, añadieron los voceros judiciales.

De acuerdo con los datos proporcionados por lo equipos que participaron en la captura, “el condenando se encontraba desde hacía unos días en el camping y las primeras sospechas de su identidad se habrían producido por la reserva con la que se manejaba y por el permanente uso del barbijo”.

“En un asado que organizaron personas que habitaban el camping, al que fue invitado, Rejas había manifestado que era un estudiante jujeño que se aprestaba a rendir una materia, sin embargo, la tonada tucumana lo dejó en evidencia”, agregaron las pesquisas.

Para esta jornada se espera “la comunicación oficial de la detención del exguardiacárcel de la Justicia salteña a la Sala Penal que lo condenó y, tras ese trámite, se libraría desde Tucumán el exhorto correspondiente para el traslado del detenido".

Una vez en Tucumán, Rejas será alojado en el penal de Villa Urquiza "en un sector de máxima seguridad", señaló el subsecretario de Políticas y Asuntos Penitenciarios, Juan Zaracho. Tras conocer la noticia del arresto, Amalia Ojeda, madre y abuela de las víctimas de Rejas expresó: “Por fin mi hija y mi nieto van a tener justicia”.

La mujer convocó a una marcha para el 28 de octubre próximo en la puerta de los Tribunales Penales de la capital tucumana, con el fin recordar a su hija y a su nieto. “Fue un impacto muy fuerte para mí. Mi abogada Silvia Furque me llamó y solo me dijo que lo habían capturado. Ahí me puse a llorar”, manifestó Ojeda al referirse a la recaptura.

La causa
El exguardiacárcel fue hallado culpable de los asesinatos de su expareja Avellaneda y de Benicio, hijo de ambos, cuyos cuerpos nunca fueron hallados.

El fallo unánime dictado el 22 de septiembre por los jueces Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y Eduardo Romero Lascano, Rejas fue condenado a prisión perpetua por los delitos de "homicidio agravado por violencia de género y alevosía" y se dispuso su prisión preventiva por seis meses hasta que la sentencia quede firme.

De acuerdo con la investigación del caso, Milagros y Benicio fueron vistos por última vez el 28 de octubre de 2016 cuando salieron de su casa, ubicada en el Barrio Lola Mora, donde ambos vivían junto a otro hijo de la mujer y a su madre y abuela de los niños. Según se determinó en la causa, madre e hijo estuvieron en la zona del Parque 9 de Julio a bordo del auto de Rejas, a quien la mujer le reclamaba que reconociera a Benicio como hijo de ambos.

En ese momento Milagros le envió mensajes a una amiga, en los que le manifestó que Rejas la estaba golpeando. Esa fue la última actividad que se registró en el celular de la joven, quien al igual que el niño perdió desde ese día contacto con todos sus allegados.

Para los investigadores fue en ese momento que el ahora condenado los asesinó e hizo desaparecer los cuerpos. De la pesquisa surgió que también ese día Rejas apagó su celular y lo prendió siete horas más tarde.