Ambas condenadas fueron descubiertas por las imágenes de una cámara de seguridad, donde se las vio saliendo con una bolsa en las manos luego de matar al hombre de 74 años.
Dos jóvenes de 21 y 22 años fueron condenadas a prisión perpetua por el crimen de un jubilado y jugador de tenis de 74 años, que en mayo del 2021 fue hallado asesinado con dos cuchillos clavados en la espalda y de 22 puñaladas tras un robo en su departamento del barrio porteño de Núñez, informaron este lunes fuentes judiciales.
Se trata de Rocío Celeste Barreto Vera (22) y Ariana Belén Domínguez (21), quienes fueron condenadas como coautoras del “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con ensañamiento y para facilitar, consumar otro delito y procurar su impunidad, en concurso ideal con el delito de robo con armas” de Adrián Enrique Muñoz (74).
En un fallo al que tuvo acceso Télam, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) 20 de la Capital Federal, conformado por los jueces Patricia Gabriela Mallo, Sabrina Namer y Walter Cavassa, llegó a esa decisión tras un debate que culminó el pasado 20 de marzo.
Ambas condenadas, que habían llegado al debate detenidas con prisión preventiva, cumplirán su sentencia en el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Según establecieron los magistrados, las dos mujeres lo asesinaron para robarle dinero y algunas pertenencias de valor, y luego quedaron filmadas saliendo con bolsa de la vivienda.
Tanto Barreto Vera como Domínguez ya habían visitado el domicilio de Muñoz una semana antes del hecho, tras lo cual le envío una foto de ellas a un familiar.
Ello y una serie de videos de cámaras de seguridad fueron la clave para que a pocos días del crimen ambas mujeres fueran detenidas por detectives del División Homicidios de la Policía de la Ciudad y por la policía bonaerense, en el partido de La Matanza, de donde eran oriundas.
El asesinato
Muñoz fue hallado asesinado a puñaladas el 11 de mayo del 2021 en su departamento 2do. "A" de un edificio de la calle Ciudad de la Paz 3397, en Núñez, por su propia hija.
La mujer se acercó al domicilio de su padre porque su hermano le había contado que hacía dos días que el hombre no había ido a trabajar y que, cuando él había pasado a la mañana a tocarle el timbre, nadie lo había atendido.
La hija de Muñoz, quien tenía un juego de llaves, pasó por la tarde, entró al departamento, encontró a su papá asesinado en su dormitorio y llamó de inmediato a la policía.
La víctima yacía desnuda, boca abajo en el piso de su dormitorio y tenía dos cuchillos clavados en la espalda, además de múltiples cortes y puntazos en todo el cuerpo.
El hombre de 74 años estaba jubilado y era jugador de tenis “senior” en el club River Plate, ocupando el séptimo lugar en la categoría +70 del ranking de la Asociación Argentina de Tenis (AAT).
Incluso, Muñoz viajó a jugar la Copa Davis Senior 2016, la cual que se realizó en Croacia, para representar al equipo argentino. pero además trabajaba como vendedor de quesos.
Según confiaron fuentes judiciales, los forenses de la morgue judicial establecieron que Muñoz sufrió 22 lesiones punzocortantes y que la causa de muerte fue la hemorragia producto de esas heridas.
Cómo avanza la investigación
El proceso esta encabezado por el fiscal José María Campagnoli, de la Fiscalía del Distrito Saavedra-Núñez, quien convocó para la pesquisa a detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad.
Dicha unidad reunió las declaraciones de tres vecinos, cuyos testimonios clave orientaron la investigación hacia Barreto Vera y Domínguez.
A partir de un video y de un primer vecino, se estableció que Muñoz entró al edificio con dos jóvenes alrededor de las 19.30 del 10 de mayo de 2021.
Un segundo testigo relató que alrededor de las 22.30 del mismo día, escuchó ruidos provenientes del 2do. "A" pero que no le prestó demasiada atención porque luego oyó la apertura de la ducha del baño.
Por su parte, un tercer habitante del edificio informó a los investigadores que un familiar suyo le contó que al día siguiente, alrededor de las 14.30, vio salir del edificio a dos mujeres con valijas usando la llave de la puerta principal, lo que le llamó la atención porque no las conocía como vecinas, ni como familiares de alguno de los propietarios.
En ese sentido, fue la propia hija de la víctima contó en primer término que su padre solía llevar a su casa a mujeres con las que tenía relaciones ocasionales.