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En un clima de tensión y expectativa por la decisión de la Corte Suprema sobre su condena en la causa Vialidad, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó este lunes un acto en la sede del Partido Justicialista. Ante una militancia ferviente y referentes del partido, como el gobernador Axel Kicillof, la actual presidenta del PJ se refirió a su posible encarcelamiento con una frase contundente: "A veces estar preso es un certificado de dignidad".

La declaración se produjo en el marco de un nuevo aniversario de los fusilamientos de José León Suárez, un hecho histórico al que la exmandataria apeló para trazar paralelismos con la situación política actual. "Anunciamos la candidatura y se desataron los demonios", afirmó, aludiendo a lo que denominó "grupos hegemónicos económicos" que, según ella, buscan frenar la organización opositora.

Contexto de una definición judicial

Mientras la Corte Suprema de Justicia define el futuro de su condena por corrupción en la causa Vialidad, Fernández de Kirchner optó por un acto político para enviar un mensaje desafiante. Subrayó que, mientras quienes "endeudaron al país" sigan en libertad, la prisión se convierte en un símbolo de integridad. "Posiblemente algunos crean que pueden derrotarnos. Mientras caminen por la calle, libres de polvo y paja los que hicieron mega canje, endeudaron dos veces al país con el FMI y los siguen endeudando, los de las autopistas y los parques eólicos, siguen en libertad, créanme que estar presa es un certificado de dignidad", sentenció.

Grieta, historia y futuro del PJ

Durante su discurso, la expresidenta realizó un recorrido histórico sobre la "grieta", asegurando que esta es preexistente al peronismo y al kirchnerismo. En ese sentido, hizo referencia a la reacción de los grupos concentrados contra el peronismo, citando los fusilamientos de la Revolución Libertadora y los bombardeos de 1955 en Plaza de Mayo. Incluso rememoró el encarcelamiento de Hipólito Yrigoyen, bromeando sobre el destino de su propio abogado: "Espero que a mi abogado no lo encarcelen".

Fernández de Kirchner también arremetió contra el modelo económico actual, al que describió como una "copia del de Martínez de Hoz, de los noventa", y pronosticó que este "tiene fecha de vencimiento" y se agotará. Anticipó que los sectores hegemónicos intentarán "desarticular la organización" del peronismo, pero se mostró confiada en que "la gente se va a terminar organizando en defensa propia".

Respecto al futuro del Partido Justicialista en caso de que sea encarcelada, la líder partidaria instó a los dirigentes a asumir la unidad. "No importa el nombre, importa la unidad", enfatizó.

En un cierre cargado de simbolismo y haciendo un guiño a la historia, la expresidenta se comparó con las víctimas de la masacre de José León Suárez al considerarse "una fusilada que vive", atribuyendo el "silenciamiento" que percibe a un intento de sometimiento por parte del "Partido Judicial".