Rusia difundió el miércoles pasado el único balance de militares caídos en el que reconoció la muerte de 498 de sus soldados. Durante su mensaje, el presidente ucraniano Zelenski cuestionó a la OTAN por no "cerrar el cielo" de su país y responsabilizó a la alianza por los futuros bombardeos.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aseguró este sábado que ya son más de 10.000 los militares rusos que fallecieron desde el inicio de la invasión a su país, cifras mucho más altas que las que comunica el Kremlin.
Las fuerzas ucranianas causaron a los rusos derrotas "que no han visto en sus peores sueños", dijo el mandatario.
"El Ejército ruso no llegó a las fronteras previstas, pero llegó a casi 10.000 soldados muertos. Son chicos de 18 a 20 años, muy jóvenes, casi niños", aseguró.
"Ni siquiera pudieron explicarles a qué se dirigían y por qué estaban en una tierra extranjera. Rusia definitivamente podría darle a su gente algo más que la muerte", expresó Zelenski, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Rusia difundió el miércoles pasado el único balance de militares caídos, en el que reconoció la muerte de 498 de sus soldados y otros 1.597 heridos.
En ese parte, el Kremlin cifró en 2.870 los "militares y nacionalistas" ucranianos muertos y en unas 3.700 las personas heridas en el marco del conflicto.
Este viernes, Zelenski criticó con dureza a la OTAN por su decisión de no mandar aviones a Ucrania y negarse a crear una zona de excusión aérea.
"Sabiendo que nuevos ataques y bajas son inevitables, la OTAN decidió deliberadamente no cerrar el cielo de Ucrania. Hoy, el liderazgo de la Alianza dio luz verde para más bombardeos de ciudades ucranianas", se quejó Zelenski, en un discurso lanzado desde Kiev.
Agregó que "todas las personas que mueran a partir de hoy", también morirán por culpa de la OTAN y por la "desunión" y "debilidad" que demostraron.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, las potencias occidentales evitaron involucrarse directamente en la guerra, aunque han aplicado sanciones contra entidades financieras y deportivas así como directamente contra políticos y empresarios rusos sumado a un boicot cultural y mediático.
Uno de los grandes temores es que el conflicto escale a un nivel nuclear y, en ese sentido, Zelenski aseguró que el ataque en la noche del jueves al viernes a la planta atómica de Zaporiyia "pudo poner fin a la Historia. La historia de Ucrania. La historia de Europa".
"Los comandantes de los tanques rusos sabían a qué le estaban disparando", señaló el mandatario ucraniano.