Esa parece ser la opinión unánime de muchos vecinos de Cutral Co y Plaza Huincul que, en los últimos días, se sobresaltaron por la cantidad de ataques de perros: en 17 días de diciembre hubo 22 lesionados, tres de ellos graves. La situación se puede resumir así: “sobran perros y faltan soluciones”.
No obstante, hubo otros hechos relacionados con perros callejeros que no concluyeron con mordidas. Una mamá contó a este medio que el domingo salió a pasear con su hijo en bicicleta, se cruzó un perro que era perseguido por otro, su hijo se cayó y terminó con una lesión que requirió la colocación de un yeso.
Una empelada doméstica que volvía de su trabajo desde el barrio Zani, fue atacada por un perro y en el intento por escapar se lesionó una rodilla. Estuvo 90 días inmovilizada y sin poder trabajar para ganar el sustento para su familia.
No son los únicos casos, sino algunos de los más sobresalientes. Pero, en líneas generales, el acuerdo es que “por donde andas perros sueltos en la calle. No podés salir caminando o en bici, es lamentable. pero no hay responsabilidad de los supuestos dueños”.
Otro relato también es repetido: “A la vuelta de mí casa tengo un comercio, tengo que ir en auto porque en el camino hay dos dogos sueltos. Así no se puede!”.
El tema no es simple. Los municipios tienen Ordenanzas pero, en la práctica nadie las respeta. Incluso, es claro que hay una política intensiva en cuanto a castraciones, pero, evidentemente, es insuficiente porque hace años que se castra en el caso de Cutral Co y los perros abundan.
También es claro con la Ordenanza de Huincul sobre la obligatoriedad del patentamiento de canes. Sencillamente, no hubo demasiados por no decir que no patentó ninguno.
Las comunas también se encuentran con que no hay a quién aplicarle multas por los perros sueltos. Más simple: el perro callejero sencillamente “no tiene dueño” a la hora de entregar la “boleta”. Antiguamente, cuando se los llevaba la “perrera” algunos dueños aparecían a buscarlos y se los multaba, pero esa estructura no existe más.
En definitiva, los Concejos Deliberantes y los Ejecutivos deberían empezar a buscar respuestas a la situación que complementen los operativos de castración que existen, pero que no dan abasto.