"Le dije a la doctora que mi esposo se moría en casa... La doctora me vuelve a explicar que no hay lugar, que si lo llevo me tengo que quedar en el auto" en el estacionamiento del hospital.
Marisa Giménez afronta un duro trance: su esposo finalmente está internado en el hospital de Complejidad VI aunque se debate en una situación delicada y mañana podría ser intubado. Pero para llegar allí, vivió horas de angustia y preocupación el 25 de Mayo pasado: primero para lograr ingresar al hospital y luego, porque su pareja estuvo en una silla desde el martes hasta el miércoles en la guardia porque no había camas ni lugar dónde alojarlo. "En el Sanatorio también hay lista de espera", explicó.
Marisa, aclaró que la atención hospitalaria es muy buena, contó la situación que le tocó vivir e hizo una radiografía precisa de lo que está ocurriendo en Cutral Co - Plaza Huincul con los pacientes de coronavirus: el sistema está totalmente desabordado y es un odisea lograr el ingreso al hospital, pero luego también se debe esperar por una cama UTI o un respirador. La situación es compleja: médicos desbordados, recursos que no alcanzan y contagios que no bajan.
"Estuvimos en un primer momento asistidos por la RAC, muy bien asistidos, el día domingo se descompensó, llamamos a la ambulancia, lo vinieron a buscar, lo asistieron, le pusieron suero, oxigeno y lo mandaron a casa porque mi esposo estaba dentro de todo bien, el martes se vuelve a sentir mal y cada vez que pesaban las horas se sentía más mal", comenzó relatando Marisa respcto al martes 25 de mayo.
"Ya habíamos llamado la ambulancia y entendíamos la situación, está el sistema de salud colapsado, cuando consulto con el médico de la RAC me dice que lo lleve yo a la guardia. Lo llevo y me hicieron quedarme en el auto con él porque no tenían lugar, tenían muchas personas ahí y ya no tenían lugar", dijo.
Este medio había informado esta situación: ese día, como ocurrió el lunes 24 en la mañana, la guardia se quedó sin lugar donde alojar más pacientes.
Marisa siguió contando: "Estuve un ratito porque decidí no quedarme ahí, llamé al doctor de la RAC, le comente lo que pasaba, ellos tienen un concentrador de oxigeno, el doctor me comenta que se le había desocupado uno, que lo vaya a buscar y lo lleve a mi marido a casa. Lo conecté a mi esposo y seguía saturando mal, cada vez se ahogaba mas, tenía mucha fiebre, estaba saturando entre 88 y 90, eso ya era a las dos o tres de la tarde".
"Vuelvo a llamar al hospital y la doctora me dice que lamentablemente no tenía lugar para recibirlo. Corto porque yo estaba asistiendo a mi esposo, no podía estar todo el tiempo en un teléfono, llamo a la voluntaria que me asignaron para atenderlo de la RAC, ella me va diciendo cómo puedo hacer, qué tengo que hacer y las dos decidimos, ella por su cuenta y yo por la mia llamar al hospital y decirle a la doctora que mi esposo se moría en casa", detalló y precisó: "La doctora me vuelve a explicar que no hay lugar, que si lo llevo me tengo que quedar en el auto, corto y a los 15 minutos me llama y me piden que lo lleve, lo reciben y ahí después justo estaba con el celular me iba contando cómo podía todo lo que iba pasando adentro", recordó.
El infierno para acceder al centro médico había terminado. Pero comenzaba el segundo capítulo de la odisea: conseguir una cama.
"Mi esposo estaba con el celular y me iba contando como podía todo lo que iba pasando adentro, la verdad en el hospital lo atendieron muy bien, y lo están atendiendo muy bien", puntualizó y aclaró: "la situación que estoy contando porque como él hay muchas personas que están en trailers y en su casa y no puede ser que no habiliten un espacio mas grande y pongan camas y bocas de oxigeno, quizá mi marido necesitaba oxigeno a tiempo y después se descompensó porque le faltaba eso".
"El ingresó a las 16.30 (del martes 25) y me va contando como puede y que está sentado en una silla con oxigeno y con suero, las líneas del hospital estaban saturadas y yo podía hablar una vez cada tanto, entonces le pido que me ponga por lo menos una palabra. Le pregunto porque estaba sentado y me dice que no hay lugar porque hay 13 o 14 personas y todas con oxígeno, mi marido pasó así hasta el otro día, estuvo 24 horas en una silla y después lo pasaron a una camilla", relató.
"Mi marido todo el tiempo estaba esperando una cama, todos estaban esperando una cama. Yo le supliqué que no vuelva, porque mi marido está re mal. Hoy mi marido está internado en el hospital y en el parte médico de hoy es bastante complicado, si no mejora hoy mañana lo van a intubar", adelantó.