Ante el panorama que se presenta en el río Neuquén donde hay menor caudal de agua por la sequía y la falta de nieve, el desperdicio de las pérdidas de agua de las cañerías resulta poco comprensible. La situación es complicada: miles de litros de agua potable se tiran diariamente al campo por las "pinchaduras" en la red del EPAS.

La segunda "surgente" que encontró este medio, se encuentra a unos 100 metros de la calle que comunica el barrio Uno con la escuela de Policía. Al este de ese consolidado, aparece una picada petrolera que tiene un sector totalmente anegado y con una laguna de grandes dimensiones.

Pero, desde ese encharcado, el agua corre por el camino por unos 200 metros y forma un segundo charco de agua potable en el ingreso a la locación de un guanaco petrolero.