El espejo de agua, Patrimonio Mundial de la Unesco, era el único que permanecía inundado incluso durante los veranos boreales pero las consecuencias del cambio climático, la agricultura y el turismo intensivo resultaron demoledoras.
La laguna de Santa Olalla, en el parque natural de Doñana, en el sur de España, se secó por completo por segundo año consecutivo por efecto del cambio climático y la agricultura y el turismo intensivo, según informaron investigadores y asociaciones ecologistas.
La laguna, que antes era la única que permanecía inundada incluso durante los veranos boreales más calurosos en esa zona, aparece estos días como una inmensa mancha de tierra agrietada que sustituyó a las aguas que antes albergaban una gran vida acuática y atraían enormes colonias de aves migratorias al parque natural enclavado en la zona de Andalucía que es Patrimonio Mundial de la Unesco.
Santa Olalla se convirtió en un símbolo de la creciente escasez de agua en el país, el 75% de cuyo territorio está sometido a un clima que podría conducir a la desertización.
"Los últimos años han sido muy secos, cosa que no es rara en un clima mediterráneo", explicó a la agencia de noticias AFP Carmen Díaz Paniagua, investigadora de la estación biológica de Doñana.
La laguna, que en sus niveles más altos puede llegar a cubrir 45 hectáreas, no dejó de reducirse en los últimos años, pero nunca antes se había visto cómo se secaba por completo dos veranos seguidos.
"Los últimos años han sido muy secos, cosa que no es rara en un clima mediterráneo"
Carmen Díaz Paniagua
Díaz Paniagua se mostró especialmente preocupada por la "sobreexplotación" de la capa freática bajo el parque, "tanto para riegos de los campos de alrededor como para una urbanización turística".
Junto al parque hay una playa que atrae a grandes multitudes en el verano. "Lo que no podemos pensar es que esto solo es una cosa natural, que ocurre por el cambio climático y que no podemos remediar", añadió sobre los efectos de la agricultura y el turismo intensivo.
Asociaciones ecologistas denunciaron el impacto de las políticas agrarias en los últimos años en España, que también fueron criticadas por autoridades de la Unión Europea.
Por su parte, la Unesco advirtió que el reciente proyecto de ley de regadíos presentado por el Gobierno andaluz, presidido por el conservador Partido Popular, podría hacer que el parque perdiera su puesto en la lista de patrimonio mundial de la organización.
El proyecto de ley, presentado en el Parlamento regional, pretende regularizar cientos de hectáreas de cultivos ilegales de frutos rojos en los límites del parque.
En 2014, la región, entonces gobernada por los socialistas, regularizó 9.000 hectáreas para poner orden en el cultivo de la fresa, tras años de expansión anárquica, pero el PP denunció que "cientos de agricultores" habían quedado "a la intemperie".
La cuestión de Doñana ocupó incluso un lugar destacado a nivel nacional durante la campaña en las últimas elecciones municipales y regionales de mayo, y en las legislativas de julio, en este país donde el 80% de los recursos de agua dulce son consumidos por los agricultores.
"La política de gestión del agua realmente no es favorable a la conservación de las lagunas de Doñana", concluyó Díaz Paniagua.