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El joven nadador neuquino que participó de los Juegos Paraolímpicos de Tokio 2020 regresó a la provincia con cuatro diplomas y una grata experiencia. Familiares, amigos y seguidores le prodigaron un gran recibimiento.

“Nunca imaginé tanta cantidad de gente, la verdad fue muy lindo el recibimiento”, dijo un emocionado Iñaki Basiloff tras su experiencia en los Paralímpicos de Tokio 2020. El joven nadador arribó este domingo y fue ovacionado por familiares, vecinos y seguidores que se acercaron hasta su domicilio en barrio Alta Barda para felicitarlo.

Ahora vendrán días de aislamiento para cumplir con la cuarentena y luego recomenzar con los entrenamientos para los nuevos objetivos.

Iñaki peleó en casi todas las carreras por una medalla de bronce que no pudo ser por centésimas, pero sí se trajo cuatro diplomas, un orgullo para este joven quien con apenas veinte años está en el top ten de los mejores nadadores del mundo.

Alegría y felicidad lo aguardaban al llegar a su domicilio, en Alta Barda, dónde fue sorprendido por los vecinos que le tributaron un emotivo recibimiento con pancartas de bienvenida y gritos de aliento. El joven llegó el domingo a la madrugada a Buenos Aires y en el vuelo de la tarde desembarcó en el aeropuerto Juan Domingo Perón.

Iñaki consiguió diplomas en las pruebas de 200 combinados, 400 libres, 100 espalda y 50 mariposa (no pudo ingresar a la final de los 50 libre). Poco a poco fue saludando al variado grupo que se acercó a tributarle su cariño entre los que se encontraban compañeros de escuela, del club Cipolletti donde entrena, su entrenador (Jorge García), personas que lo conocían del centro de rehabilitación donde concurrió muchos años y allegados.

“Si bien no logré los resultados que esperaba fue un torneo muy importante”, expresó, aunque seguramente con los días reconsiderará esta opinión en función de los cuatro diplomas olímpicos que obtuvo y que tienen el valor simbólico de una presea.

Iñaki recordó que la prueba más complicada fueron los 400 metros libres, la prueba en la que mejor desempeño tiene y donde perdió el bronce en el toque de llegada.

“Tuve un bajón después de esa carrera que es mi prueba y eso me afectó un poco para los días siguientes, pero bueno había que seguir nadando, me alcancé a recuperar y estuve mentalmente bien para las siguientes carreras. En general fue un torneo muy bueno e increíble a pesar de ese inconveniente en el medio y pude salir adelante así que estoy muy contento”, apuntó.

Emocionado por el gran recibimiento que tuvo confesó que “más o menos imaginaba que iba a haber algo, pero la verdad no esperaba tanta gente apoyándome. Me sentí como alguien famoso Fue raro, pero a la vez muy lindo”.

Consideró que los Juegos son lo máximo. “Son torneos que sirven muchísimo porque ahí te das cuenta dónde estás parado, contra quienes competís y te prepara para el futuro para los próximos juegos”, dijo proyectando sus objetivos hacia París 2024.

Con este tipo de competencias por el nivel que hay “podés saber cómo va todo y prepararte para un torneo de esa magnitud que es muy cansador y agotador”.

Para lo que queda del 2021 “no tengo nada planeado porque a nivel internacional el año terminó queda volver a entrenar después de las vacaciones y pensar en el año que viene”, concluyó Iñaki.