Simón Jalil fue jugador, técnico, dirigente y es presidente de Petrolero Argentino que este 20 de abril cumple 43 años. Cuando se habla del club, Simíon no sólo es palabra autorizada sino además, parte de su historia viva. Y el “Turco” fue uno de los que “construyó” lo que es hoy Petro y compartió una parte de la historia relacionada con el estadio “30 de Septiembre”.
“Antes de nacer petrolero argentino nosotros cambiamos la cancha, porque éramos Los Petroleros, la cancha estaba en el CPEM 58, estaba cerrada, tenía vestuario y un día el negro Rivadulla, que era el intendente de Plaza nos dijo muchachos necesito el terreno porque ‘yo conseguí una escuela en Nación muy grande y necesito el terreno’.
Y le digo Negro ‘¿dónde nos van a dar?’. Dice “del otro lado del zanjón”. El zanjón era chiquitito, le digo ‘del otro lado no hay nada, lo único que hay son médanos, algarrobo y monte, no hay ninguna cosa, no hay servicio, no hay absolutamente nada del otro lado’.
Nos dice, no hay otra manera, entonces empezamos a ver con el Cabezón Verdugo, Campito, todos esos y plantamos un palo, cero que por ahí donde está el puente ahora y el otro por donde termina la cancha, dos postes, justo en ese momento estaban agrandando el canal colector, después de la inundación. Hablamos con los muchachos y nos dijeron ‘nono, de aquel poste hasta el otro usted no pueden tocar, y nos dicen ‘nooo’. Pero nosotros necesitamos tierra, y les dije bueno, pongámonos de acuerdo, dice bueno, nos dieron 20 horas de máquina, con eso no hacíamos nada, así que arreglamos con los maquinistas, ahora después de tantos años se puede contar, arreglamos con ellos y les pagábamos ellos, a las 7 de la tarde cuando dejaban de trabajar para vialidad, tenían dos de 9 y una de 8, les desconectábamos los cuenta horas a las máquinas y trabajaban hasta la 1 de la mañana.
Le dábamos la comida, le pagábamos, cuando vimos que íbamos a emparejar, le decimos al negro Rivadulla, ‘che todo lo que emparejamos es del Club?’, “si dice, todo lo que emparejan es del club, es donado y además los eximimos de pagar impuestos de por vida”.
En ese tiempo, el asesor de tierras de la municipalidad era el ingeniero Isola de Gas del Estado, a su vez era nuestro asesor técnico y bueno, él fue el que proyecto la cancha.
Movimos tierra… una noche estábamos en reunión y apareció el Ingeniero Isola con otro muchacho de gas del estado, él tenía un estudio de arquitectura que hacia planos en Cutral Co en Avenida del trabajo casi Sarmiento. Movimos tierra por el campeonato del Mundo. Y una noche estábamos reunidos y apareció el ingeniero Isola. El tenía un estudio de Arquitectura, hacía planos y todo eso en Cutral Co. Llegó una noche y dice, yo he visto tipos trabajando desinteresadamente, pero lo que ustedes hacen... así que estas tres cajas que están acá son un obsequio de mí estudio en conjunto con el Departamento Técnico de Gas del Estado. Nos dio todo el proyecto de todo el terreno: la cancha de fútbol, el nuevo gimnasio, las canchas de bochas, la pileta, el tanque tipo la copa nada más que más chico con el agua para absolutamente todo. Era para agarrar la carpeta y decirle una empresa cotizame porque las tribunas eran todo de hormigón armado, con los cálculos, abajo los vestuarios. Dos tribunas laterales con capacidad para tres mil hinchas cada una. Era absolutamente todo el plano y por eso la cancha tiene la forma que tiene porque la dieron ellos con todo.
Así que con Campos nos fuimos a Buenos Aires a ver al subsecretario de Deportes de la Nación, Rojo, en ese momento estaba López Rega y a los 15 días nos contestó felicitándonos con toda la proyección que tenía del deporte, nunca nos dieron nada.
En esa cancha, entre los vestuarios y lo que tiene, hay 37 mil bloques. Y lo hicimos a fuerza de rifas. Donde está el Casino, ahora había un viejito que hacía bloques y le comprábamos la producción. En ese tiempo no había colaboración de nada, ni del gobierno, ni de ninguna cosa. Y en ese tiempo Don Torres fue el constructor que hizo todo eso.
En ese tiempo el presidente era José Pascual, Campos, yo también andaba, Bocha (Benedetti) también andaba. El cabezón Verdugo. Luis Verdugo era el que hacía y las vendíamos las rifas. Hay una casa, que está pegada a la seccional del MPN en Plaza Huincul, es un premio de una rifa nuestra.
En esa época yo tenía un R6, con el Cabezón nos íbamos a Comodoro Rivadavia en el R6 y, a través del SUPE, vendíamos las rifas en los talleres de YPF y después el SUPE nos giraban el dinero.