La voluntad de la mayoría de la dirigencia riverplatense parece acercarse acercar a Martín Demichelis, que solamente tendría que resolver con su familia la mudanza a la Argentina desde Alemania.
Martín Demichelis parece tener por estas horas la mayoría de los boletos comprados para acceder a la sucesión de Marcelo Gallardo como entrenador de River Plate, ya que sus competidores para el cargo se van cayendo por distintas razones.
Marcelo Bielsa y Ricardo Gareca no tienen intenciones de dirigir nuevamente en la Argentina (el ´Tigre´ en principio aceptaría solamente volver a Vélez Sarsfield aunque esta semana se reunirá con la nueva dirigencia de Independiente) , mientras que Hernán Crespo (está dirigiendo en Qatar) y Eduardo Coudet (en el Celta de Vigo español), ambos de prolífico pasado en River, no cierran del todo; y Eduardo Berizzo también tiene trabajo en el seleccionado de Chile,
La mancomunión entre la voluntad de la mayoría de la dirigencia riverplatense (el manager Enzo Francescoli asumió que la elección de su responsabilidad, consensuada con la directiva) y la de Demichelis está.
El cordobés de Justiniano Posse que el 20 de diciembre cumplirá 42 años solamente tendría que resolver con su familia la mudanza a la Argentina desde Alemania, donde está dirigiendo al Bayern Múnich II en la cuarta división del fútbol germano y por ende cuenta con un cuerpo técnico armado.
Mientras esto sucede y tanto Bielsa (el preferido del vicepresidente Matías Patanián) como Gareca (el de Francescoli) parecen bajarse del podio de candidatos, en River se barajan las condiciones de la sucesión.
En principio la especialista en neurociencia, Sandra Rossi, y el cuerpo médico encabezado por Jorge Bombicino se quedarán porque son empleados del club y por ello no acompañarán a Gallardo en su próximo derrotero profesional, que entre paréntesis vuelve a sonar por Barcelona, luego de las últimas frustraciones del equipo catalán conducido por Xavi Hernández con su prácticamente segura eliminación en fase de grupos de Champions League y la derrota categórica en el clásico con Real Madrid del fin de semana..
Los que en cambio se van con el "Muñeco" son Matías Biscay, Hernán Buján, los preparadores físicos Pablo Dolce, César Zinelli y Marcelo Tulbovitz y el videoanalista Nahuel Hidalgo.
Y por contrapartida, para llegar a acompañar a Demichelis (si es que él está de acuerdo y no viene con algún asistente desde Alemania) se barajan algunos nombres más potables y veraces que otros.
El único confirmado es Leonardo Ponzio, pero en una gestión de mayor alcance, ya que será el secretario técnico riverplatense, una función que será más colaborativa con la de Francescoli.
El cambio los dos nombres que suenan con más fuerza como ayudantes de campo de Demichelis son Germán Lux, el exarquero con el que entabló una buena relación en su paso como jugador de River, y Javier Pinola, que para ello debería retirarse de la actividad cuando venza su contrato en diciembre próximo (el 24 de febrero cumplirá 40 años).
Demichelis y Pinola se hicieron muy amigos en Alemania, donde este último jugó 10 años (entre la temporada 2005-2006 y la 2015-2016) en Nuremberg, el club en el que es ídolo y tiene una estatua que le levantaron detrás del estadio.
A ellos se agregarían Alejandro Saccone como entrenador de arqueros y Flavio Pérez como preparador físico, según difundieron fuentes riverplatenses poco después del anuncio de Gallardo sobre su alejamiento.
El tema de las finalizaciones (junto a Pinola se vence el de Jonatan Maidana) y renovaciones (seguirá el uruguayo Nicolás De la Cruz) de contratos será un tema a tratar apenas solucionada la contratación del nuevo entrenador, algo que la directiva riverplatense pretende que esté definida antes del comienzo del Mundial de Qatar, y que en plazos perentorios no se extiende más allá de los próximos 25 días.
Para Demichelis llegar a dirigir a River será entonces "un sueño cumplido", pero como buen jugador de Bayern Múnich que fue, y del buen presente que vive en esa institución, además de una vida familiar perfectamente adaptada a Alemania, sabe también, como se lo advirtieron a lo largo de estos años, de este club "solamente se puede ir una vez".