Los vecinos podrán ver la final contra Francia "en una pantalla gigante que será instalada en un predio del centro de la ciudad". El paredón del club Don Bosco, donde se formó como jugador, se convirtió en un mural que tiene plasmada la imagen del lateral-volante zapalino.

La localidad que vio nacer a Marcos "Huevo" Acuña y el club donde se formó como jugador esperan con orgullo el próximo domingo, cuando el lateral-volante zapalino espera recuperar la titularidad para ser parte activa de la final del Mundial de Qatar.

El intendente de Zapala, Carlos Koopmann, explicó a Télam que "en cada actividad se ve lo que refleja Marcos: en la ciudad, en los clubes, en las escuelitas de fútbol, todos quieren tener la posibilidad de llegar a ser un 'Huevo' Acuña, tener un sueño y lograrlo".

"Es una gran emoción y un orgullo, ya que uno de los once guerreros que va a estar defendiendo los colores argentinos y peleando para ser campeón del mundo, será un zapalino", sostuvo el jefe comunal.

Asimismo, anunció que los vecinos podrán ver la final contra Francia "en una pantalla gigante que será instalada en un predio del centro de la ciudad".

"Marquitos va a venir después de las fiestas, me lo dijo Sara, su mamá, así que vamos a estar esperándolo de la mejor manera, con un gran recibimiento, porque está dejando a nuestra ciudad y a nuestra provincia en lo más alto a nivel mundial; cada vez que juega se nos infla el pecho a los zapalinos", expresó Koopmann.

Por su parte, el presidente del club Don Bosco (donde el "Huevo" dio sus primeros pasos en el fútbol), Jorge "Chino" Badilla, dijo a Télam que "ver a alguien que se crió en este barrio, que está a punto de jugar una final del mundo, es un orgullo y una gran esperanza para todos los chicos que hoy tienen el sueño que tuvo Marcos".

"Tanto para el club Don Bosco como para Zapala, la final es un hecho que se espera con muchas ansias y la idea es armar una linda fiesta", concluyó Badilla.

El periodista zapalino Sergio Arregui, quien se encarga del área de prensa del club, contó que "el 'Huevo' siempre fue el mejor de su categoría, pero hubo un momento en que estaba rebelde, como todo adolescente, y había dejado de ir a entrenar para jugar en las ligas barriales".

De todas maneras, Acuña "por las tardes se subía al paredón del club y miraba el entrenamiento de sus excompañeros, hasta que un día Gabriel Rouret (el entrenador y padrino de la hija mayor del 'Huevo') le preguntó qué pensaba hacer, de qué lado del paredón se iba a quedar", relató.

"Saltó para el lado correcto, volvió a entrenar, y a la historia que sigue la conocemos todos", finalizó Arregui.

Aquel paredón del club se convirtió en un mural que tiene plasmada la imagen de Acuña, el orgullo del pueblo zapalino.