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La justicia federal detuvo a ocho uniformados de la policía santafesina, por robar entre 12 y 15 ladrillos de marihuana además de 50 mil dólares y alrededor de 300 mil pesos en un operativo "trucho". La sospecha es que tenían información y "mejicanearon" a una banda narco.

El suceso ocurrió el 13 de agosto pasado cuando varios efectivos policiales irrumpieron en una vivienda ubicada en calle Forest al 5600, del barrio Belgrano de Rosario. Dentro de los móviles iban seis suboficiales del grupo Alfa de la Policía de Acción Táctica. Sin ninguna orden judicial, entraron en la vivienda y redujeron a tres personas. A dos hombres los esposaron y a una mujer la encerraron en una habitación con dos chicos de ocho y un año.

Los policías hicieron la requisa de la casa y dos autos. Buscaron y encontraron armas, droga y dinero. Poco después se les unieron otros dos uniformados.

En el informe indicaron que los móviles se encontraban en tareas de patrullaje por el barrio, cuando empezó una persecución contra dos hombres, que se metieron en la casa de Forest al 5600.
Los efectivos irrumpieron en la propiedad y, siempre según el informe que está bajo investigación, encontraron arriba de una mesa, armas y droga. En el acta los policías detallaron que secuestraron una balanza, cuatro armas, medio kilo de cocaína envuelta en cinta amarilla, cuatro teléfonos celulares y tres granadas de gas lacrimógeno.

En el documento consignaron que no había cámaras en las cercanías del lugar. Tampoco, según se señaló en la audiencia en la justicia federal, aportaron testigos. La sospecha es que los policías irrumpieron en ese lugar para robar a esta supuesta banda narco.

Según se detalló en la audiencia en la justicia federal, habrían sustraído de manera ilegal entre 12 y 15 ladrillos con un kilo de cocaína cada una envuelta en cinta amarilla, armas de fuego- entre ellas escopetas, fusil-, cuchillos y una suma de dinero importante: 50.000 dólares, 285.000 pesos, y celulares nuevos y usados. Todo esto lo habrían trasladado en los mismos patrulleros en los que llevaron a los detenidos.

Los fiscales federales Javier Arzubi Calvo, Andrés Montefeltro, María Virginia Sosa y Soledad García, investigaron este operativo y encontraron falencias graves. Pidieron al juez de garantías Marcelo Bailaque que lo declarara nulo y que se sobreseyera a los detenidos. El magistrado resolvió además dictar la prisión preventiva de los siete policías por 90 días, y por 30 al oficial que acompañaba al jefe. La semana pasada, cuando la fiscalía federal pidió la detención de los policías se llevaron una sorpresa. Dos uniformados tenían en sus mochilas bochitas de cocaína fraccionada en el momento de la detención. La sospecha es que era para consumo personal o los propios agentes distribuían y vendían droga.

"Si es así, les va a caer todo el peso de la ley. Mejorar las fuerzas de seguridad implica no solo gratificar y agradecer el esfuerzo que hacen miles de policías para mejorar la seguridad pública en Santa Fe, sino que cuando vemos a un policía que comete un delito —que los hay lamentablemente en la policía de la provincia, en el servicio penitenciario y en las fuerzas de seguridad de la Nación— que les caiga todo el peso de la ley", señaló el gobernador Maximiliano Pullaro. El problema de este tipo de hechos es que no se traten de episodios aislados, y se transformen metodologías estables, que a la larga terminen haciendo emerger la violencia. Ya sucedió en otros fragmentos de la historia reciente, cuando varias investigaciones judiciales dejaron visible que sectores policiales eran directamente empleados de los narcos. Los casos más patentes son los uniformados que formaron parte de la banda de Los Monos, y sobre todo aquellos que trabajaban para Esteban Alvarado.