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La base política del MPN era territorial. Estaba en los barrios, en las casas humildes. La derrota en la mayoría de los barrios en las recientes elecciones vecinales parece anunciar la licuación del principal capital partidario: los afiliados, los vecinos de a pie. Pero ante la desaparición del partido provincial y el acuerdo Rolo-Rioseco, podría aparecer una nueva fuerza: el antiriosequismo.

Pero lo que le ocurre al MPN en general y en Cutral Co en particular, no es solo el producto del riosequismo. Parece más bien producto del acuerdo Rolo-Ramón.
Hubo tres grandes vertientes de militantes del MPN en los últimos años luego que la Alianza lo derrotara en las elecciones de mediados de los '90: un núcleo que permaneció con su identidad partidaria. Otro grupo hizo las valijas hace tiempo y se mudó con el riosequismo.

Pero hubo una nueva ruptura: de los que habían quedado en el partido, muchos afiliados, comenzaron a emigrar lentamente hacia el sector de Rolando Figueroa. Algunos con la esperanza de que Rolo volviera al partido y se unificara todo. Pero el acercamiento Figueroa-Rioseco rompió el tablero...

La situación no es muy complicada de explicar: entre los que se fueron con Comunidad y los que se acercaron a Rioseco, despoblaron al MPN.

Las elecciones vecinales dejaron otras víctimas: los Libertarios. Los militantes locales de LLA apostaron fuerte en las vecinales y sus referentes no pudieron hacer pie. El primero en tropezar fue Denis Ferragut que no consiguió los avales necesarios para armar lista en barrio Progreso. Quedó en pie Carlos Joaquín Figueroa, hombre cercano a la diputada nacional Nadia Márquez y con vía directa a

Javier MIlei, pero la lista que encabezaba quedó tercera en el barrio General San Martín.
No obstante, la política ya no se mueve por lealtad partidaria sino por intereses. Y lo que parece surgir en el escenario político local como “poxipol” para una fuerza política que dispute el poder a

Ramón Rioseco es el “antiriosequismo”. Sin ideología, sin teoría, solo con el objetivo de desplazar al actual oficialismo del gobierno municipal.

La elección municipal de 2.023, mostró al riosequismo con algo más de 13.500 votos y a Comunidad con algo más de 8.500.

De todos modos, el acuerdo Rioseco – Figueroa tiene una primera fecha de prueba: las legislativas de 2.025.

¿Qué pasa si allí no se concreta nada electoral?, habrá que ver. Figueroa también puede desempolvar ese antiriosequismo y darle forma de armado político.

Hay otros actores en veremos. Uno es Jesús San Martín que, según los rumores políticos, suele reunirse con allegados cercanos a Figueroa para charlar de política. Jesús más el antiriosequismo y apoyo provincial podría dejar una huella en las próximas elecciones municipales. Pero si le sacan el respaldo de la provincia el armado es más endeble. Pero para esto falta mucho y hay sucesos anteriores que pueden variar el escenario.