Los gremios aeronáuticos, liderados por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), confirmaron un paro de actividades de 24 horas desde el mediodía del viernes.
La medida de fuerza fue anunciada por el titular del gremio, Pablo Biró, quien adelantó que el alcance de la huelga aún está en evaluación, pudiendo afectar tanto a los aeropuertos de Aeroparque y Ezeiza como a diversas escalas del país. Este martes, se realizaron asambleas en varios aeropuertos, lo que ocasionó interrupciones en los vuelos y generó malestar entre los pasajeros.
En la última huelga, llevada a cabo el viernes pasado, se suspendieron 183 vuelos y más de 15.000 personas se vieron afectadas.
El conflicto entre los gremios aeronáuticos y el Gobierno se intensificó, llevando al Ejecutivo a declarar el transporte aerocomercial como un servicio esencial. Esta medida, anunciada por el Ministerio de Capital Humano, busca asegurar un servicio mínimo para la población durante las huelgas.
Sin embargo, la suspensión judicial del decreto 70/23 dejó al Gobierno con pocas herramientas para frenar las asambleas informativas que realizan los gremios. Las fuentes oficiales indican que, sin un paro formal, no es posible decretar una conciliación obligatoria, lo que permite a los sindicatos continuar con sus planes sin enfrentar sanciones inmediatas. En este contexto, Pablo Biró ha sido señalado por politizar su liderazgo sindical y causar perjuicios económicos significativos a Aerolíneas Argentinas.
Tanto el Ejecutivo como los empresarios acusan a Biró de utilizar su influencia para desestabilizar la compañía, acusaciones que el gremio rechaza, defendiendo su derecho a protestar. En medio de esta disputa, los pasajeros siguen siendo los más perjudicados, enfrentando cancelaciones y demoras sin una solución concreta a la vista.