El encuentro se desarrolló en el marco de la Diplomatura “Abordaje integral del espectro autista a lo largo de la vida”, con convocatoria abierta a docentes, personal de salud y familiares de personas del espectro autista.

Este miércoles, en el auditorio del Edificio de Salud del Centro Administrativo Ministerial (CAM) docentes de todos los niveles y modalidades, personal de salud y personas interesadas en la temática participaron de un espacio de capacitación que contó con los aportes del reconocido educador y activista de los derechos de las personas con discapacidad y los pueblos originarios, Julio Manuel Pereyra, que en primera persona y como parte del espectro autista compartió sus experiencias y estrategias.

El encuentro se organizó en forma conjunta por los ministerios de Salud, Educación, y Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, en el desarrollo de la Diplomatura “Abordaje integral del espectro autista a lo largo de la vida” que se dicta como parte de la iniciativa de la Fundación Faro Patagonia, la Subsecretaría de Discapacidad y la Universidad Nacional del Comahue, con el aval de la cartera sanitaria.

Participaron 220 personas de manera presencial y virtual.
“La gente nos está pidiendo una respuesta”, afirmó en el inicio de la actividad el ministro de Salud, Martín Regueiro, e indicó que 220 personas se inscribieron para participar de manera presencial y virtual a la capacitación. En este sentido, Regueiro señaló que por eso “estamos buscando herramientas para poder afrontar y dar respuestas en el abordaje del día a día”, no solamente a la persona del espectro autista sino también a su grupo familiar, su entorno, y al personal docente y de salud.

Por su parte, el coordinador de la subsecretaría de Discapacidad, Gastón D’Angelo, indicó: “Entendiendo este paradigma de la discapacidad, como estas necesidades de apoyo que necesita el individuo para superar, no para dejar la condición de discapacidad, sino para superar la condición de discapacidad y tener autonomía y autodeterminación, dentro de un marco social respetuoso que acompañe estos procesos. Nos habla de la necesidad de transitar y habitar las escuelas, de una forma que no solamente sea un espacio social, sino que sea un espacio pedagógico que le permita la formación en cada uno de los niveles”.

En relación a esto, D’Angelo hizo hincapié en el nivel superior y señaló: “Es muy probable que la formación en el nivel superior les permita tener, en el mejor de los casos, la independencia económica que les va a garantizar una independencia familiar y un proyecto de vida independiente; por eso el tema de la educación no es menor, es transversal, y por eso también es importante el aporte que tenemos para hacer desde salud, durante todo el ciclo vital”.

Antes de compartir sus vivencias y las herramientas pedagógicas que utiliza, Pereyra mencionó que considerando los datos de organismos internacionales, que indican que una de cada 36 personas nacidas vivas tienen autismo, hay que “entender que en el correr de los años, va a ser exponencial la necesidad de entender este tipo de trastorno del neurodesarrollo, por la cantidad y la masividad, tanto en escuelas como en salud” y destacó la importancia de “que haya gente que esté formada y capacitada para poder asistir en este tipo de instancias o a poder desarrollar nuevas propuestas o nuevos diseños de intervención en este tipo de casos”.

La capacitación contó con los aportes del reconocido educador y activista de los derechos de las personas con discapacidad y los pueblos originarios, Julio Manuel Pereyra.
El objetivo del encuentro fue visibilizar las necesidades de apoyo desde el diagnóstico a la vida adulta y desde los distintos espacios de intervención que hay, que pueden ser Salud, Educación (distintos niveles), ámbitos laborales y vida cotidiana.

El autismo es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por la presencia de desafíos en la comunicación social y algunos patrones de intereses y/o comportamientos específicos. Se trata de una problemática con gran impacto socio-sanitario, que en el ámbito de la salud representa desafíos en la detección temprana y en la detección de aquellas formas de presentación más inusuales; además requiere atención médica específica y apoyo terapéutico y educativo integrado.