A partir del testimonio del padre de una niña que asistía al jardín, la causa tuvo un giro inesperado y se aceleraron los tiempos procesales. Un sacerdote, el exportero y la preceptora están acusados de "abuso sexual simple agravado por la calidad de sus autores".
Un testigo que presentó la defensa de los imputados por abuso sexual a niños de entre 3 y 5 años de un jardín de la localidad bonaerense de San Pedro para declarar a su favor, sorprendió al reconocer el vínculo de uno de los acusados con los ataques, en su testimonio en el juicio que se les sigue en los tribunales de San Nicolás, donde esta tarde están previstos los alegatos, informaron a Télam fuentes judiciales.
La declaración que quebró la estrategia de la defensa tuvo lugar en la tarde del jueves, lo que generó el retiro de gran parte de la lista de los testigos previstos, y aceleró los tiempos del proceso.
Los acusados son el sacerdote Tulio Matiussi (49); el exportero Anselmo Ojeda (61) -el único que continúa detenido con prisión domiciliaria- y la preceptora María Luján Rubíes (54), quienes llegan a juicio acusados de "abuso sexual simple agravado por la calidad de sus autores", por tener a su cargo la guarda de los menores afectados y, en el primero de los casos, por ser un ministro de culto.
Fue el padre de una niña que asistía al jardín de infantes quien aseguró en su declaración que el cura se encontraba en el lugar cuando se cometían los abusos, lo que contradijo declaraciones de otros testigos que indicaban que no estaba allí, señalaron las fuentes a Télam.
A partir de allí, la defensa decidió retirar una larga lista de testigos que tenía preparada para declarar este viernes, reduciendo a siete los oradores, por lo que la lectura de alegatos que estaba prevista para el lunes se concretará esta tarde, y se espera que en un plazo de diez días se realice la lectura del veredicto.
La principal línea de investigación de la Justicia apunta que el personal era el encargado de llevar a los niños al baño o la cocina del jardín, donde los esperaba el sacerdote para manosearlos.
Por su parte, la psicóloga de parte precisó que “no hay signos concluyentes de abuso” para determinar que hubo acceso carnal contra los niños, pero sí prácticas en las que los menores eran atacados sexualmente.
Manifestación
Mientras dentro del tribunal se realizaba la audiencia, familiares y allegados a las víctimas se manifestaron en la puerta del edificio acompañados por organizaciones sociales para pedir justicia.
Durante la manifestación, colocaron carteles y peluches en repudio de los abusos sufridos por los niños y niñas de entre tres y cinco años de edad.
Además, montaron una radio abierta en la que se liberó el micrófono al público, compuesto por vecinos de San Nicolás y de San Pedro, quienes se desplazaron esta mañana a los tribunales de la localidad vecina.
Entre los carteles se pudo observar leyendas que en su mayoría giraban en torno a la consigna “Yo no miento”, que apuntaban a la importancia de escuchar a los niños, y creerles cuando marcan señales de abuso.
Una de las pancartas indicaba “hay monstruos que solo los niños pueden ver”, sobre la que hizo referencia Victoria Piba, referente de la Agrupación Contra el Abuso Sexual (Acase), quien se refirió a la importancia de la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI).
“Hay familias que le tienen miedo a la ESI y para nosotros los padres es una herramienta fundamental para llegar a los chicos en lugares donde no estamos (por las redes sociales)”, dijo Piba.
La activista señaló que "la ESI viene a plantear lo que va y lo que está mal, no solamente tiene que ver con cuestiones sexuales, tiene que ver con que los chicos aprendan a respetar su cuerpo, su integridad física y mental”.
El TOC N°2, presidido por la jueza María Elena Baquedano e integrado por los jueces Alejandro López y María Belén Ocariz, comenzó el pasado lunes el debate oral y público.
En su alegato de apertura, el fiscal de la UFIJ 8 de Baradero, Hernán Granda, afirmó que busca demostrar que "durante el curso lectivo 2017" los imputados sometieron a los niños a "tocamientos" de sus zonas genitales en horario de clases, delito que cometían tanto de manera "colectiva" como "individual", con o sin la presencia de otros chicos como testigos.
Granda señaló que los hechos ocurrieron "en la sala y en la zona de baños y en las partes comunes como ser cocina, patio y SUM, y en la iglesia San Roque contigua al jardín, donde el señor Mattiussi oficiaba como sacerdote".
"Producto de estas prácticas por parte de los imputados se verificaron signos de abuso sexual infantil en todos los menores", afirmó el fiscal.