Las manifestantes desfilaron delante del Ministerio de Educación en la ciudad de Kabul, coreando la consigna "¡Pan, trabajo y libertad!". Minutos después un grupo de soldados las obligó a desconcentrarse.
Los talibanes dispersaron este sábado con disparos al aire y culatazos a una manifestación de mujeres que reclamaron en Kabul el derecho al trabajo y a la educación, al cumplirse el próximo lunes un año desde que los islamistas reconquistaron el poder en Afganistán.
Unas 40 mujeres que coreaban "¡Pan, trabajo y libertad!" desfilaron delante del Ministerio de Educación en la capital, pero unos cinco minutos después de iniciada la marcha un grupo de soldados las dispersó disparando al aire en ráfagas.
Las manifestantes llevaban una pancarta en la que se podía leer: "El 15 de agosto es un día negro", en referencia a la fecha de la toma de Kabul por parte de los talibanes tras dos décadas de ocupación extranjera liderada por Estados Unidos.
"Justicia, justicia. Estamos hartas de la ignorancia", gritaron antes de los disparos.
Los talibanes, vestidos con trajes militares y armados con rifles de asalto, bloquearon un cruce frente a las mujeres y comenzaron a disparar al aire durante varios segundos.
Uno de ellos simuló un disparo contra las manifestantes, de acuerdo a la agencia de noticias AFP.
Algunas manifestantes se refugiaron entonces en tiendas cercanas, hasta donde fueron perseguidas y golpeadas con las culatas de los fusiles.
Tras volver a retomar las riendas del país que habían gobernado entre 1996 y 2001, los talibanes reimpusieron su interpretación ortodoxa de la ley islámica, pese a las promesas de cambio que habían hecho para no perder la ayuda humanitaria de Occidente.
En ese marco, durante este último año las mujeres fueron desprovistas de sus derechos fundamentales, apartadas de la mayoría de empleos públicos y muchos de los del sector privado y prohibidas de acudir a las escuelas secundarias.
En la última restricción, a inicios de mayo, el gobierno de facto publicó un decreto, aprobado por el líder supremo de los talibanes y de Afganistán, Hibatullah Akhundzada, que volvió obligatorio que las mujeres cubran completamente su cuerpo y su rostro en público.
También ordenaron que, a menos de que tengan una razón imperiosa para salir, es "mejor que permanezcan en casa".
Las manifestaciones de mujeres para reclamar por sus derechos son cada vez más escasas en la capital, sobre todo después de la detención a principios de año de organizadoras de esas concentraciones, algunas de las cuales permanecieron detenidas durante varias semanas.