Las recomendaciones son evitar la exposición directa al sol, hidratarse constantemente, mantener los ambientes ventilados, usar ropa ligera, suelta, de colores claros y sombreros o gorras.

Durante este fin de semana se esperan altas temperaturas en la región, con máximas que podrían alcanzar los 40°. Ante esto, desde el ministerio de Salud se advierte sobre los riesgos de sufrir golpes de calor y deshidratación y se recuerda cómo prevenirlos.

Entre las recomendaciones se destacan evitar la exposición directa al sol, hidratarse constantemente, mantener los ambientes ventilados, usar ropa ligera, suelta, de colores claros y sombreros o gorras.

Si bien el calor puede ser peligroso para la salud de todas las personas, los riesgos aumentan para las infancias, las personas mayores y quienes tienen enfermedades crónicas.
Para prevenir la deshidratación se recomienda consumir abundante agua fresca (dos litros de agua segura al día), evitar las bebidas alcohólicas y la cafeína, ingerir frutas y verduras bien lavadas, y aumentar la frecuencia de la lactancia en bebés.

El golpe de calor es una condición médica que ocurre cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente su temperatura debido a una exposición prolongada al calor extremo. Los síntomas incluyen temperatura corporal elevada, aceleración del pulso, dolor de cabeza, piel enrojecida (sin sudor), y mareos y náuseas. Ante estos signos se recomienda solicitar ayuda médica, llevar a la persona afectada a un lugar fresco y a la sombra, enfriar su cuerpo con agua para bajar la temperatura, y llamar al 107 en caso de una urgencia o emergencia.

La clave para evitarlo es prevenir la exposición prolongada al sol y no exponerse al sol entre las 10 y las 17; optar por permanecer en lugares frescos al aire libre y con sombra y usar gorra, anteojos y ropa clara. Menores de un año no deben ser expuestos al sol en ningún momento.

También se recomienda usar protector solar factor 50 durante todo el año, aplicándolo media hora antes de exponerse al sol (para que sea efectivo), y reaplicarlo cada dos horas; hidratarse correctamente (tomar dos litros de agua segura al día); ingerir frutas y verduras bien lavadas y evitar las bebidas alcohólicas y la cafeína.

Para niñas y niños que están siendo amamantados se recomienda aumentar la frecuencia de la lactancia. Durante los días calurosos también se aconseja evitar actividades que demanden un esfuerzo físico intenso, especialmente durante el mediodía.