Djokovic, sencillamente conmovedor
El serbio venció en un partidazo al español Carlos Alcaraz por un doble 7-6 y conquistó el título que le faltaba a su extraordinaria carrera: el oro olímpico.


Cómo no iba a llorar… Cómo no iba a temblar… Si un competidor de raza como él, a sus 37 años, lo que más busca es la gloria. Las imágenes que le habrán pasado por la cabeza al más ganador de torneos de Grand Slam de todos los tiempos, Novak Djokovic, una vez que selló el 7-6 (3) y 7-6 (2) sobre Carlos Alcaraz para conquistar el último gran logro que le faltaba, el oro olímpico. Fue conmovedor, sencillamente conmovedor.

La infancia en Belgrado, la guerra de los Balcanes, los días de entrenamiento y sudor sabiendo que el futuro tiene la silueta de la incertidumbre. Los 24 títulos de Grand Slam (10 Abiertos de Australia, 3 Roland Garros, 7 Wimbledon y 4 US Open), las finales atragantadas, sus ausencias en tiempos de pandemia, sus colosales disputas con esos grandes contemporáneos llamados Roger Federer y Rafael Nadal, su reciente operación de meniscos…

Nole acaba de ganar su título número 99 (diez menos que Jimmy Connors, cuatro menos que Federer) y se podrán seguir repasando números y más números. Estadísticas sobran en el mundo del tenis.

Djokovic le ganó a Alcaraz la final de tenis de los Juegos Olímpicos y consiguió su primera medalla de oro. (EFE)

Pero bien vale guardar en la retira ese final propio de un campeón. Un campeón en cuerpo y alma. En cuerpo tembloroso y en alma aturdida. Porque, está más que claro, no era una final más. No se trataba de un título más para llevar a sus vitrinas. No. Era el oro olímpico. Ese oro esquivo. Ese oro del que sólo conocen su auténtico valor aquellos atletas a los que les corre la esencia del deporte por sus venas.


El serbio quería el único galardón que le faltaba tras los intentos fallidos en Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021.

Su mejor participación en los Juegos Olímpicos había sido en Beijing 2008, cuando consiguió la medalla de bronce.

Hasta este domingo sólo Andre Agassi había sido capaz de conquistar todos los grandes títulos en la historia del tenis: cuatro Grand Slam, Copa Davis, ATP Finals y el oro olímpico. Bueno, ya no está solo el estadounidense en ese renglón del olimpo.

El serbio consiguió su primera medalla de oro en individuales tras los intentos fallidos en Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021. (REUTERS/Violeta Santos Moura)

Dos meses atrás, el 3 de junio, Nole se fue de esta misma Phillip Chatrier con un triunfo sobre Francisco Cerúndolo pero con una lesión en la rodilla que lo obligó a retirarse de Roland Garros y que además lo puso en jaque de cara los Juegos Olímpicos. Tenía que pasar por el quirófano.

Pasó. Y jugó Wimbledon. Y llegó a la final. Justo a la final con Alcaraz, que se quedó con el torneo londinense. Ahora volvió a aparecer el murciano en su camino. Pero Djokovic no dejó pasar el último tren al oro olímpico.

Jugaron un partidazo. Fue palo y palo, desde el primero hasta el último de los puntos. Alcaraz, de 21 años, está llamado a ser uno de los grandes de la historia. Pero eso lo dirá el tiempo, claro. El mismo tiempo que ya se expresó sobre Novak Djokovic: un gigante para la posteridad.