Defendió el título ganado en Tokio 2020 con un salto de 6 metros. Después superó la barra de los 6,10 y marcó un nuevo récord olímpico. Y más tarde, tras dos intentos fallidos, superó su plusmarca y saltó 6.25 para subir otro escalón al cielo.
Agrandar su historia. Su propia historia. Dar el salto hacia la leyenda. Esto salió a buscar en el Stade de France Armand Duplantis, Mondo Duplantis, el sueco de 24 años nacido en Lafayette, Estados Unidos, el mejor garrochista de todos los tiempos. Y vaya si lo logró…
El primer paso fue asegurarse el primer escalón del podio en estos Juegos. Y una vez que defendió el título de Tokio 2020, fue por más.
Duplantis se coronó campeón olímpico al saltar 6 metros, una altura que nadie más pudo pasar. Lo intentaron sin suerte el estadounidense Sam Kendricks, que se quedó con la plata con 5,95, y el griego Emmanouil Karalis, que fue bronce con 5,90. Hasta ahí la competencia reservada para los mortales.
Entonces rompió, superando la barra de los 6.10 metros, el récord olímpido de 6,03 que había establecido el brasileño Thiago Braz en Río 2016.
Acto seguido, pidió el listón a 6,25 metros para superar los 6,24 que había establecido él mismo el 20 de abril pasado en Xiamen.
Falló en el primer intento por un leve toque con la rodilla. Espero la premiación de los 100 metros, esa que coronó con el oro a Noah Lyles, y fue por el segundo intento. Volvió a fallar. Le quedaba otra chance. Y la tercera fue la vencida.
Mondo Duplantis, en definitiva, fue el único en superar los 6 metros, acompañado en el podio por el estadounidense Sam Kendricks (5,95 metros) y el griego Emmanouil Karalis (5,90 metros).
Con el toque de campana final sonó el “Pedro, Pedro, Pedro Pé” de Raffaella Carrá. Y 75 mil almas repitieron una y otra vez en sus retinas la imagen de ese objeto volador amarillo que pareció haber sido identificado como un atleta de carne y hueso. ¿Habrá sido así?