Finalizaron los Juegos con una ceremonia a puro brillo y emoción
El evento se desarrolló en el Stade de France frente a una multitud que despidió a los atletas camino a la próxima cita en Los Ángeles 2028.

La ciudad francesa vivió el final de la trigésima tercera edición de la principal competición del mundo deportivo. El Stade de France fue la sede de esta velada que albergó a cerca de 70.000 espectadores.

El evento comenzó en los Jardines de las Tullerías, donde se encontraba el pebetero olímpico. Allí, el cantante francés Zaho de Sagazan y el coro de la Academia Haendel-Hendrix entonaron Sous le ciel de Paris de Édith Piaf.

Léon Marchand, figura del país anfitrión, fue el primero en aparecer en escena. El nadador, ganador de cuatro medallas doradas, irrumpió vestido de traje negro y corbata, junto al pebetero olímpico y llevó en sus manos la llama olímpica.

En el estadio, ingresaron las 205 delegaciones de cada país acompañados por la canción “We are the champions” de la banda inglesa The Queen. En representación de Argentina, los abanderados fueron los medallistas José “Maligno” Torres y Eugenia Bosco.
El protocolo tradicional de la ceremonia de clausura suele incluir una ceremonia de victoria del maratón, última prueba del calendario del atletismo. En esta edición se introdujo una modificación, el podio fue para la competencia de las mujeres, y no para la de los varones. El objetivo del Comité Organizador fue resaltar la histórica Marcha de las Mujeres en Versalles en 1789.

La organización también rindió homenaje a los 20.024 voluntarios que participaron de todos los Juegos

El mítico Stade de France se conviertió en un escenario magnífico, en donde el espectáculo atravesó un momento de suspenso e intriga. Desde el cielo apareció una Viajera Dorada. El personaje está inspirado en referencias de la historia francesa, incluido el Espíritu de la Bastilla.


Luego, en un impresionante ballet coreográfico, la Viajera Dorada descubrió los anillos olímpicos, excavados en el suelo del Stade de France y los izó en el aire en el centro del estadio. Durante ese tiempo, el pianista y cantante de ópera francés Benjamin Bernheim cantó el Himno a Apolo, mientras Alain Roche tocó un piano suspendido verticalmente en el aire.

A continuación, el Stade de France se conviertió en un concierto para los atletas que se subieron al escenario y rodearon a la banda Phœnix y cantaron con ellos. El cierre de los Juegos se conviertió en una autentica fiesta.

Tom Cruise apareció en escena para transportar la bandera de los Juegos Olímpicos, mediante un vertiginoso recorrido, a la próxima parada. La historia continurará en Los Ángeles 2028.