La inflación en Argentina desaceleró, pero aún se mantiene como la más alta del mundo. El gobierno festejó el tercer mes consecutivo de desaceleración, pero en medio de una estrepitosa caída del consumo. No obstante, no hay indicios de retroceso de precios si no, más bien, de deslizamientos suaves en alza.
La escalada de precios de los alimentos fue de 29,7% en diciembre; 21% en enero, 17,7% en febrero y el 10,5 % en marzo, es decir casi un 80%.
El poder adquisitivo, obviamente, hizo el camino contrario: la venta de materiales marcó en enero un desplome del 29,2% interanual y del 19,6% respecto a diciembre. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) relevó que las ventas minoristas pymes se desplomaron en enero 28,5% respecto al mismo período de 2023 y 6,4% contra diciembre en la medición desestacionalizada. CAME detalló que el rubro más afectado fue farmacias con una baja de ventas de 45,8% interanual seguido por alimentos y bebidas con 37,1%. En definitiva, esto explicaría la desaceleración de la inflación.
Sin embargo, Argentina continúa por lejos como el país con mayor inflación tanto de América como del mundo.
Entre los países desarrollados, Estados Unidos registró el mes pasado una suba de los precios del 3,2% anual, mientras que Alemania quedó en 2,2% y Francia en 2,3%; en el Grupo de los Siete, la tabla la cierra Italia con el 1,3%. En el Mundo, sólo El Líbano y Argentina tienen inflación de 3 dígitos.
La tasa de variación anual del IPC en Líbano en febrero de 2024 ha sido del 123,2%, 54,1 puntos inferior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 1,1%, de forma que la inflación acumulada en 2024 es del 4%.