Imagen
Sandra Bravo tiene 30 años y vivió un infierno de golpes y amenazas. Como en tantos otros casos de violencia doméstica extrema, llevó su dolor en soledad. Sin embargo, al hacer pública la situación y exponer el martirio que le tocaba, con su rostro completamente amoratado por otra paliza, el caso se hizo viral.

El agresor, su pareja Gustavo Sandoval, fue inmediatamente detenido y se le formularon cargos. Quedó con prisión preventiva por un mes.

Sandra no quiso hacer denuncia. Nunca la formuló. El miedo a la próxima represalia, paraliza y siempre actúa como impedimento.

No obstante, en esta oportunidad, la mujer hizo la denuncia con una foto por facebook. Su rostro se viralizó y se debió intervenir de oficio. Inmediatamente, Policía colocó un custodio en su hogar y detuvo en la vía pública al acusado que fue puesto rápidamente a disposición de la justicia.