Por acuerdo pleno, Bernardo Fabián Colipe fue condenado a 4 años y 6 meses de cumplimiento efectivo por robar una camioneta en Neuquén y utilizarla para realizar una fuga hasta la ciudad de Plaza Huincul.
El acusado también deberá compensar los daños que provocó durante la huida, a través del pago de $3 millones a Policía de la provincia. El dinero se utilizará para la reparación de móviles y el condenado lo concretará en tres cuotas consecutivas.
La pena fue resuelta ayer mediante un juicio abreviado, a partir del acuerdo que presentó el asistente letrado Luciano Vidal.
Fabián Colipe fue condenado además por, durante la huida, haber efectuado disparos contra efectivos policiales y contra el conductor de un camión de la empresa YPF, y provocó daños a dos motos para intentar evadir un retén policial.
Como punto de partida el acuerdo comprendió la declaración de responsabilidad por los delitos de portación de arma de uso civil apta para el disparo, robo con arma de fuego apta para el disparo en grado de tentativa, atentado a la autoridad -2 hechos-, daños agravados -2 hechos-, resistencia a la autoridad-2 hechos- y abuso de arma de fuego -2 hechos-, todo en concurso real y en carácter de autor (artículos 166 inciso dos párrafo, 189 bis inciso sexto, 239, 164 104, 55,42 y 45 del Código Penal).
Para arribar al acuerdo, se tuvo en cuenta que el acusado no tenía antecedentes, que reconoció ser el autor de los hechos y que aceptó la pena acordada.
El juez de garantías Juan Guaita, que estuvo a cargo de la audiencia, avaló el acuerdo presentado por las partes y condenó a Berbardo Fabián Colipe a la pena de 4 años y 6 meses de prisión de efectivo cumplimiento, y a la obligación de efectuar la suma acordada en beneficio de la fuerza policial.
Las partes renunciaron a los plazos para poder impugnar la sentencia.
El asistente letrado explicó que en la audiencia de formulación de cargos realizada el 11 de diciembre de 2024, pidió la detención preventiva y que fue dispuesta por el plazo de cuatro meses. Y ante su vencimiento, pidió la prórroga por el plazo de un mes. El pedido fue a los fines de garantizar el cumplimiento de la condena, teniendo en cuenta, cualquier inconveniente administrativo que pueda surgir y que implique la demora para materializar la constitución en detenido.
El hecho
La teoría del caso que acreditó el Ministerio Público Fiscal fue que el 10 de diciembre cerca de las 15:10 Colipe sustrajo una camioneta Toyota Hilux de una empresa petrolera. Fue en la estación de servicios YPF ubicada en la Autovía Norte. En el vehículo estaba un empleado hablando por teléfono y esperando a un compañero que había ingresado a comprar. El imputado se acercó, intentó venderle medias y, ante la negativa de la víctima, extrajo un arma de fuego tipo revólver y obligó al conductor a descender. Luego se retiró a bordo de la camioneta por Autovía Norte con dirección a Senillosa.
Mientras circulaba por la autovía, se cruzó con una camioneta de la policía provincial y, para desestabilizarla y provocar el despiste, la impactó en uno de sus laterales, pero no logró su objetivo.
A raíz de ese hecho, los efectivos policiales comenzaron la persecución del acusado y también avisaron a otros efectivos para realizar un operativo y detenerlo. Durante el trayecto, Colipe disparó contra el patrullero en varias oportunidades sin lesionar a ninguno de los efectivos.
Mientras continuaba con la huida en dirección a Plaza Huincul, el imputado puso la camioneta a la par de un camión de la empresa YPF que transitaba con carga y disparó hacía el conductor sin lesionarlo, provocando solo daños materiales. Luego lo adelantó y siguió escapando.
Efectivos de la policía que habían sido alertados por sus compañeros, armaron una barricada antes del ingreso a la ciudad de Plaza Huincul. Al llegar allí, Colipe embistió a dos motos que formaban parte del retén, se abrió camino y logró pasar pero como la camioneta tuvo desperfectos mecánicos, debió seguir a pie y fue detenido a los pocos metros.
Al momento de la aprehensión, el acusado tenía en su poder un arma de fuego revolver calibre 32 y cartuchería del mismo calibre. Una pericia realizada por el gabinete criminalístico constató que el arma era apta para el disparo.