Javier Milei lleva adelante un gobierno a puro Decreto y, en diputados señalaron la necesidad de "limitar" el poder de los DNU. En definitiva, ayer se lograron las 36 firmas necesarias para poder llevar al recinto el proyecto que busca modificar la Ley de Decretos de Necesidad y Urgencia. Si se aprueba, se modificará el artículo 24, para que un DNU pueda ser derogado con el rechazo de una sola cámara legislativa.
Este miércoles hubo intensas negociaciones aunque, finalmente, la oposición llegó a un acuerdo y se impuso en la Cámara de Diputados con un dictamen de mayoría para reformar la ley que regula el trámite de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) con el objetivo de empoderar al Congreso y limitar el poder del presidente Javier Milei y quienes lo sucedan.
La derrota oficialista se dio en un plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento. Ahora, la oposición trabajará para pedir una sesión especial antes de que termine el período ordinario, el 30 de noviembre, con el fin de darle media sanción al texto y girarlo al Senado.
Unión por la Patria, al mando de Germán Martínez; Encuentro Federal, liderado por Miguel Pichetto; y Democracia para Siempre, el nuevo bloque radical, se unieron en un texto consensuado que fija un plazo de 90 días para el tratamiento de los DNU y establece que, si no se aprueban en ese lapso, pierden vigencia automáticamente.
El mecanismo actual dificulta la posibilidad de que el Congreso derogue un DNU. De hecho, este año se dio el primer rechazo total en la historia, cuando la Cámara de Diputados y el Senado anularon el decreto que otorgó 100.000 millones de pesos a la Secretaría de Inteligencia en concepto de fondos reservados.
El dictamen de mayoría también indica que si un DNU es dictado mientras el Congreso se encuentra en receso, “las Cámaras podrán abocarse a su expreso e inmediato tratamiento”. Y agrega finalmente que, si un decreto es rechazado, el Poder Ejecutivo “no podrá dictar uno análogo en el mismo período parlamentario”.
El texto final fue fruto de un fuerte trabajo de articulación entre Martínez, Oscar Agost Carreño y Carla Carrizo, en nombre de Unión por la Patria, Encuentro Federal y Democracia para Siempre. De todos modos, los radicales firmaron en disidencia parcial, al igual que Margarita Stolbizer, del bloque de Pichetto.