En el gobierno británico creen que "equipar a Moldavia con los estándares de la OTAN" implicaría proporcionarle equipos modernos para reemplazar los de la era soviética y garantizar el entrenamiento de sus soldados.
Los aliados occidentales exploran un apoyo militar a largo plazo para Ucrania que podría abarcar también a Moldavia, país que tampoco es miembro de la OTAN pero que también tiene su propio conflicto con una región separatistas prorrusa, afirmó este sábado la ministra de Exteriores británica, Liz Truss.
En una entrevista publicada en el diario Daily Telegraph, Truss dijo que el Reino Unido discute con sus aliados cómo garantizar que Ucrania fuera "permanentemente capaz de defenderse a sí misma", lo que también se aplica a otros "Estados vulnerables" como Moldavia.
Rusia es "absolutamente" una amenaza para la seguridad de Moldavia. La antigua república soviética se encuentra al suroeste de Ucrania, que fue invadida por las tropas rusas el 24 de febrero
Para la funcionaria, Rusia es "absolutamente" una amenaza para la seguridad de Moldavia. La antigua república soviética de 2,6 millones de habitantes se encuentra al suroeste de Ucrania, que fue invadida por las tropas rusas el 24 de febrero.
"Putin ha sido claro sobre sus ambiciones de crear una Rusia más grande. Y el hecho de que sus intentos de tomar Kiev hayan fracasado no significa que haya abandonado esas ambiciones", añadió Truss citada por la agencia de noticias AFP.
Según un asesor de la ministra, citado por el Daily Telegraph, "equipar a Moldavia con los estándares de la OTAN" implicaría que los miembros de la alianza proporcionaran equipos modernos para reemplazar los de la era soviética y entrenaran a los soldados a su uso.
Tanto la Unión Europea (UE) como Estados Unidos acusaron a Rusia de querer extender la guerra en Ucrania hacia Transnistria, una región separatista que se autoproclama como república pero que la comunidad internacional reconoce como parte de Moldavia.
Transnistria se separó del territorio moldavo tras una breve guerra civil en 1992, en la que contó con la ayuda rusa, y provocada tras el desmembramiento de la Unión Soviética, de la cual tanto Moldavia como Ucrania formaban parte.
Se había autoproclamado como república el 29 de octubre de 1990 y cuenta con un 12% del territorio moldavo y un 23% de la producción industrial, más el estratégico control de vías de transporte y gasoductos.
De unos 500.000 habitantes, tiene su propia moneda pero es sumamente dependiente de Rusia, que le suministra gratuitamente gas y tiene desplegados unas 20.000 toneladas de armamento de la época soviética y unos 1.500 soldados rusos.
Moldavia, por su parte, no dejó de reclamar todos estos años la integración de ambas zonas separadas por el río Dniester y acusa a Moscú de promover la independencia de esa franja, a la que considera con un estatus especial.