El hundimiento del crucero ARA “General Belgrano” es uno de los episodios más dolorosos y emblemáticos de la Guerra de Malvinas, ya que, en total, 323 tripulantes murieron, convirtiéndose en la mayor tragedia naval de la historia nacional.
El 2 de mayo de 1982, durante la guerra por las Malvinas, Gran Bretaña atacó y hundió, por medio del submarino nuclear Conqueror, el buque argentino ARA General Belgrano. 323 tripulantes murieron. Casi la mitad de las bajas de nuestro país en todo el conflicto (649).
La acción naval ocurrió en aguas argentinas, fuera de la zona de exclusión marcada arbitrariamente por el gobierno británico, razón por la cual muchos analistas e historiadores siguen sosteniendo que esa agresión fue un crimen de guerra.
La ya fallecida premier británica Margaret Thatcher, quien siempre defendió la decisión tomada y en reportajes posteriores, una vez terminado el conflicto, dijo que no se arrepentía del ataque y que “lo volvería a ordenar”.
El área donde se hundió el Belgrano, en la cuenca de Los Yaganes, al sur de las Islas Malvinas, a 4.200 metros de profundidad, fue declarada “lugar histórico nacional y tumba de guerra” por una ley del Congreso aprobada en 2001.
La Comisión de Familiares de Caídos en la Guerra de Malvinas e Islas del Atlántico Sur ha organizado viajes al lugar del ataque y hundimiento del barco, donde los deudos tienen la oportunidad de recordar a sus seres queridos.
Radiografía del desastre
El 16 de abril de 1982, el ARA General Belgrano partió con 1.093 tripulantes desde la Base Naval Puerto Belgrano hacia Tierra del Fuego. El 24 de abril, el buque, de 182 metros de longitud, soltó amarras desde el puerto de Ushuaia: la misión encomendada era mantenerse fuera del área de exclusión vigilando las intenciones de las fuerzas británicas.
El 1° de mayo, navegaba hacia el sector asignado, sin saber que el submarino nuclear británico HMS Conqueror ya lo estaba siguiendo, y buscando el momento justo para abrir fuego.
Fue el 2 de mayo, a las 16.02 horas, cuando el primer torpedo del submarino impactó en la sala de máquinas del Belgrano; el segundo le destruyó la proa y el buque comenzó a irse a pique. A las 16:23 horas, el comandante dio la triste y dolorosa orden de abandonar el buque.
El crucero tenía 185 metros de largo y diez cubiertas, pero fueron tan grandes las averías que resultó imposible poder mantenerlo a flote.
El crucero tardó una hora en irse a pique, a 4.200 metros bajo el mar, en el fondo de la cuenca de Los Yaganes, al sur de las Malvinas.
El rescate de los sobrevivientes fue lento y complicado. Algunos fueron evacuados el 3 de mayo, mientras que otros tuvieron que esperar hasta el 4 de mayo para ser rescatados. Los sobrevivientes relataron momentos de desesperación, miedo y solidaridad durante la agonizante espera en las balsas.
Fue la mayor tragedia naval de la historia de la Armada Argentina, donde 323 hombres perdieron la vida, casi la mitad de los fallecidos durante toda la guerra de Malvinas. También fue una de sus mayores pruebas de heroísmo. En ese momento, el crucero ARA General Belgrano se encontraba a 210 millas al sur de la isla Gran Malvina.
Los restos del Crucero ARA General Belgrano aún duermen en lo profundo del lecho del Atlántico Sur. En el 2003, la Armada Argentina y National Geographic, que quería hacer un documental sobre el navío, intentaron hallar el esqueleto oxidado del viejo acorazado hundido. Sin embargo, luego de varios intentos, fallaron en su misión.
La Armada y el equipo de la NGS estuvieron casi dos semanas buscándolo. Pero las adversas condiciones climáticas que se registraron en la zona de rastrillaje, con olas de 9 metros y vientos de más de 60 nudos, imposibilitaron los trabajos. A pesar de los esfuerzos y la tecnología utilizadas en la expedición, el equipo de Nat Geo no logró hallar los restos del gigantesco buque. Por eso, lo único de lo que se puede estar seguro es que la ubicación exacta del ARA General Belgrano y su estado actual de conservación seguirán siendo un misterio.