Los jueces del tribunal de apelaciones resolvieron validaron la decisión del juez de primera instancia que había descartado la comisión de delitos penales y sostuvieron que los reclamos formulados debían resolverse en la justicia civil o laboral.
La Cámara Federal porteña confirmó el sobreseimiento de la empresaria Wanda Nara y el futbolista Mauro Icardi en la causa que se abrió a partir de la denuncia de quien trabajara para ellos como empleada doméstica, María Carmen Cisneros Robledo, por supuesta trata de personas y reducción a la servidumbre.
Los jueces del tribunal de apelaciones resolvieron “confirmar la resolución puesta en crisis, en todo cuanto dispone y fue materia de apelación” y validaron así la decisión del juez de primera instancia que había descartado la comisión de delitos penales, a la vez que sostuvo que los reclamos formulados debían resolverse en la justicia civil o laboral.
“Luego de un profundo e integral estudio de los elementos de prueba cosechados, coincidimos con la postura desincriminante expresada por el acusador público y con el juicio de tipicidad que condujo al magistrado de grado a descartar la configuración del delito de trata de personas con fines de explotación laboral”, sostuvieron los jueces de la sala primera de la Cámara Federal porteña en el fallo al que accedió Télam.
“De lo actuado no surgen razones que permitan concluir que en el caso se verificó por parte de los imputados un aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad o que la denunciante haya sido sometida a condiciones de trabajo indignas, conforme lo requieren las normas aplicadas en el plano objetivo”, enfatizaron los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens en el fallo que benefició también a la madre de Nara.
“Coincidimos con el a quo en punto a que la falta de pago del salario, la mala relación con sus empleadores y la precariedad de la relación laboral no constituyen factores que hagan ingresar a los hechos en la esfera restrictiva y excepcional del derecho penal, existiendo la posibilidad de que sean dirimidas dichas circunstancias en otros ámbitos judiciales”, sostuvieron los jueces.
El sobreseimiento en primera instancia se conoció en septiembre pasado cuando la propia empresaria subió a sus redes sociales una captura del fallo del juez Julián Ercolini, que intervino en el caso junto al fiscal Guillermo Marijuan, y lo acompaño con el siguiente texto: “Espero que la prensa dedique la misma cantidad de horas para hablar de este sobreseimiento. Como le dedicaron a tanta mentira. Gracias”.
La denuncia de Cisneros Robledo
La causa judicial se inició mediante una denuncia de Cisneros Robledo en la que manifestó que entre los meses de septiembre y octubre del 2019 la contactó Wanda Nara –con quien ya había trabajado con anterioridad- para ofrecerle trabajo como empleada doméstica y niñera en su casa en Francia, bajo la modalidad y condiciones que ambas pactaron.
“Agregó que todo transcurrió con normalidad hasta febrero del 2020, cuando le dejaron de pagar y le exigieron que trabajara todos los días, a lo que se habrían sumado los malos tratos por parte de sus empleadores. Dijo que, como consecuencia de la pandemia, entre los meses de abril y julio vivió con la familia en la casa que tienen en Como, Italia, pero que llegado ese último mes, ellos se fueron y ella quedó sola a cargo de la vivienda y de los animales, sin dinero, debiendo comer las sobras que allí había”, sostuvo la denunciante según recordaron los jueces.
“Luego, en agosto de ese año, relató que se mudó a una casa de campo en la ciudad de Milán, donde dependía de un jardinero que allí trabajaba para poder proveerse los alimentos y la movilidad. Agregó que en noviembre del 2021 una amiga de la Sra. N. (por Nara) la llevó a una oficina para regularizar su situación migratoria, donde le dijeron que debía solicitar el asilo político”, reseñaron.
La denunciante, en su momento, narró además “que después de esa situación se hizo público el conflicto y se acrecentaron los problemas, siendo que C. (la madre de Nara) le borró los mensajes de su celular previo a comprarle los pasajes de regreso a la Argentina. Por último, le revisaron sus pertenencias, le abonaron 500 dólares y le hicieron escribir una nota en la que manifestaba que se retiraba por su propia voluntad”.