En el encanto de Junín de los Andes, donde el imponente volcán Lanín se alza como un guardián silencioso, Claudio Abraham encontró su hogar y su pasión. El chef embajador del Sello de la Gastronomía Neuquina, no solo heredó el arte culinario de sus ancestros, si no que transformó su amor por la cocina en una experiencia inolvidable para sus comensales.
Desde sus primeros pasos en la cocina, Claudio estuvo bajo la tutela de grandes nombres como Carlos Alberto “Gato” Dumas Lagos y otros referentes de la gastronomía. Recuerda con entusiasmo la oportunidad de aprender directamente de figuras icónicas como Guillermo Calabrese y el “Gato” Dumas, quienes influyeron profundamente en su formación. «Ellos nos enseñaron que la verdadera escuela se encuentra en el día a día de las cocinas, no solo en las aulas».
Tras 21 años de dedicarse a un lodge de pesca, donde atendía a turistas extranjeros, el cierre de este establecimiento durante la pandemia fue un punto de inflexión. En lugar de rendirse, Claudio aprovechó la oportunidad para reinventarse, dando vida a “El Comedor”, un rincón culinario que ha florecido desde el patio trasero de su propiedad.
En El Comedor, Claudio ofrece una experiencia gastronómica única, con un enfoque en la cocina al aire libre y el uso de ingredientes frescos y locales. La carta del restaurante es un reflejo de lo que la naturaleza ofrece en cada estación: trucha, cordero, ciervo y otros manjares se preparan a la perfección, con un toque especial que solo Claudio sabe imprimir. Su enfoque es personalizado y flexible; cada plato se crea en función de lo que el cliente desea y los productos disponibles.
Para Claudio, la cocina es una extensión de su vida familiar y cultural. Sus primeras experiencias culinarias traen recuerdos con su abuela y su madre, quienes le enseñaron a cocinar con amor y tradición. Su herencia y su pasión por la cocina árabe se reflejan en sus platos, que a menudo incorporan menta, limón y otros sabores característicos. «Cocinar es una forma de conectar con la gente, de transmitirles un pedazo de mi historia y mis raíces», afirma.
La cocina al aire libre es una de sus grandes pasiones. Disfruta cocinando sobre el fuego, un arte que ha perfeccionado en su restaurante. Las bodas y eventos privados que organiza en El Comedor a menudo incluyen preparaciones como el cordero a la estaca, una tradición que atrae a visitantes de todo el mundo, incluidos pescadores de Estados Unidos que buscan una auténtica experiencia argentina.
Claudio se siente privilegiado por trabajar rodeado de la majestuosa naturaleza de Junín de los Andes. «Aquí los paisajes son espectaculares. Cocinar junto a un arroyo o con vistas al lago es una experiencia que pocos pueden disfrutar», dice con una sonrisa. Para él, cada comida es una celebración de la naturaleza y la cultura local, una oportunidad para compartir la belleza de Neuquén con sus invitados.
En el corazón de esta tierra mágica, Claudio Abraham encontró su vocación y su hogar, combinando su amor por la cocina con el esplendor de uno de los escenarios naturales más impresionantes de la Patagonia.