Uno de los acusados del hecho ocurrido en 2019 en San Fernando, afirmó haber cometido el hecho junto a su hermano estando "muy drogados" y luego de que la víctima amenazara a su familia. Dijo que la mujer asesinada "no debió estar" en ese lugar.
Uno de los acusados de asesinar al mago Leonardo "Alex" Fernández y su novia Jéssica Alberti Cigola en 2019 en el partido bonaerense de San Fernando, confesó este miércoles en el juicio oral haber cometido el doble crimen junto a su hermano cuando estaban "muy drogados", aseguró que los mataron luego de que el hombre amenazara de muerte a su familia, y admitió que la mujer asesinada fue una víctima circunstancial por haber estado en el lugar equivocado.
"Era él o yo. Yo soy consciente de eso. El detonante de lo que pasó fue que 'El Mago' Álex amenazó de muerte a mi familia. Le dije que eso no se lo iba a permitir y ahí lo empecé a agredir. La chica no tenía que estar ahí, fue una desgracia", aseguró el imputado Rubén Grasso (40) bajo la atenta mirada de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, Esteban Andrejin, Osvaldo Rossi y Federico Ecke.
La confesión de Grasso, alias "Cashy", tuvo lugar durante la quinta audiencia del juicio que lo acusa a él, a su hermano Roberto Juan Alegre (45) y al remisero Alexis Miguel Bonnet (32) de haber llevado a cabo los delitos de "doble homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido 'criminis causae', en concurso material con robo agravado en poblado y en banda", delitos que prevén prisión perpetua.
Todos ellos llegaron a los tribunales de la calle Ituzaingó 340 de la mencionada localidad bonaerense custodiados por agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), ya que llegaron al debate privados de su libertad en distintos penales de la provincia de Buenos Aires.
La declaración indagatoria de "Cashy" ocurrió pasadas las 12, cuando el acusado pidió tomar la palabra con la aprobación de la defensora oficial María Dolores Gómez, y se extendió hasta cerca de las 16.
Grasso, que vestía una campera del Futbol Club Barcelona con un "Messi" estampado en su espalda, aceptó responder preguntas de las partes y comenzó su testimonio disculpándose ante los familiares de las víctimas, presentes en la sala.
"Quiero darles mi más sentido pésame. Quería aprovechar esta oportunidad para comentarles cómo fue el hecho y decirles la verdad", abrió el hombre, que dijo haber estudiado ingeniería civil.
En primer lugar, el imputado señaló que conoció al "Mago" Alex durante una fiesta realizada en Nordelta a través de los narcotraficantes Germán y Cristian Heredia y que, luego de ello, comenzó a tener una "relación de negocios" con Fernández en la que falsificaban tarjetas de crédito, documentos, títulos universitarios y, principalmente, dólares estadounidenses.
"El mago era el inversor de estas actividades, mientras que los Heredia eran intermediarios que tenían contactos. A mi se me daba dinero y droga a cambio de trabajo. Yo era el encargado de realizar los diseños de los dólares", explicó pausadamente Grasso.
Sin embargo, el imputado afirmó tener un "arreglo" con los Heredia a espaldas de Fernández para que termine dicha labor, debido a una deuda que tenían los narcotraficantes con "El Mago".
"Fernández se venía enojando porque lo estábamos cagando. Los últimos días me venía insistiendo para que nos veamos por este tema. Por eso, me amenazó con un sicario. Se notaba que tenía una gran expectativa por las ganancias del negocio, que superaban el millón de dólares", continuó.
En ese marco, Grasso recordó que la noche del 23 de octubre del 2019, Álex se presentó en su departamento, en San Fernando, con su novia, donde discutieron a causa del trabajo que el acusado no había realizado.
"Llegó y me empezó a recriminar las cosas, empezó a subir el tono de la conversación. 'El Mago' sugería que yo lo trataba como un estúpido y que lo quería engañar. Le pedí por favor que continuemos la conversación en mi departamento", indicó el hombre, que admitió que junto a su hermano estaban "muy drogados" y llevaban varios días sin dormir.
Ya dentro del inmueble, Grasso detalló que la conversación con Fernández "subió el tono" cuando éste amenazó de muerte a la familia del ahora imputado y luego comenzaron a tener una pelea de golpes de puño.
"Le dije que eso no se lo iba a permitir y ahí lo empecé a agredir. Hubo una lucha que duró un instante, como un minuto. Todo se fue de las manos. Mi hermano me lo sacó de encima y le pegó con un cortafierros que tenía arriba de mi mesa que lo usaba para sacar la batería de mi moto", aseguró .
Según Grasso, toda esa secuencia era observada por Cigola, quien comenzó a gritar desesperadamente por lo ocurrido y admitió haberla golpeado, aunque no recordaba haberla apuñalado, tal como lo indicó la autopsia de la joven.
"Yo le di un golpe de puño en la cara a Jéssica, cuando me dijo que suelte a Alex. Ella nunca dejó de gritar. Asumo que yo sostenía una cuchilla en la mano, pero no me di cuenta que apuñalé a Jéssica. Cigola no tenía que estar ahí. No fui a matarla a ella. Fue una pobre víctima que estuvo en el lugar y momento equivocado", manifestó el imputado mientras reproducía la secuencia haciendo gestos con sus manos.
Además, justificó que los veintidós golpes brutales que sufrió el cuerpo de Fernández con el cortafierros fueron porque, junto a Alegre, "no lo podían parar".
Luego del doble crimen, el hombre señaló que, al igual que su hermano, quedaron "shockeados" por lo ocurrido y se retiraron del departamento, para volver a la noche siguiente con el remisero Bonnet en el auto de Fernández.
Según afirmó Grasso, el remisero no tenía conocimiento de los asesinatos y que lo contrataron para "robar cocaína" que se encontraba guardada en la casa de Álex, ubicada en Parque Patricios.
A continuación, indicó que los tres se dirigieron a esa vivienda, de la cual negó haber sustraído dinero.
"No nos llevamos ni un centavo. La plata quedó en la casa del Mago. Menos sabiendo que los dólares del mago eran falsos. Yo no tenía necesidad de dinero. Nunca me faltó nada. Yo hacía muchísimas cosas ilícitas que me daban mucho dinero", admitió el declarante.
A pesar de ello, el imputado reveló que junto a sus cómplices se olvidaron el botín con la droga, por lo que tuvieron que regresar al inmueble de Fernández.
"Nos olvidamos toda la droga en la cochera. Llegando a Márquez y Panamericana nos dimos cuenta y volvimos. Estábamos tan drogados que nos olvidamos lo que fuimos a robar", contó.
Finalmente, luego de que regresaron a Parque Patricios, un patrullero detectó una actividad sospechosa de Bonnet mientras esperaba a Alegre y Grasso a bordo de la camioneta del "Mago Álex" y fue detenido, hecho que fue fundamental para el posterior esclarecimiento del crimen.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que el juicio continuará el viernes próximo a partir de las 10, con los alegatos del fiscal Alejandro Musso, la letrada representante de la madre de Jéssica Cigola -constituida como particular damnificado-, Stella Ojeda, el representante legal del remisero Bonnet, Gustavo de Simone, y la defensora oficial María Dolores Gómez.