Lucas Acosta, de 21 años, fue asesinado de al menos un disparo en el tórax el jueves último tras una persecución con la policía. Hay un efectivo detenido por homicidio y doce por encubrimiento. Los investigadores judiciales creen que, de acuerdo al análisis de cámaras de seguridad particulares, los policías asesinaron al presunto ladrón y le plantaron un arma de fuego.
El joven asesinado de un disparo durante una persecución policial en la localidad bonaerense de Isidro Casanova, crimen por el que hay un efectivo detenido por homicidio y otros doce por encubrimiento, no tenía antecedentes penales, mientras que los investigadores analizan los dispositivos de geolocalización y las modulaciones radiales para establecer si hay más agentes involucrados, informaron este domingo fuentes de la investigación.
Se trata de Lucas Acosta, el joven de 21 años asesinado de al menos un disparo en el tórax el jueves último por la mañana tras una persecución con la policía en la mencionada localidad del partido de La Matanza.
Por el crimen de Acosta fue detenido el sargento Federico Gabriel Schianini, a quien el fiscal Carlos Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza le imputó el delito de "homicidio agravado".
En tanto, el comisario inspector Albino Martínez, jefe del Comando de Patrullas Centro; el teniente primero Lucas Lorenzo Pereyra; los sargentos Brian Sebastián Martínez y Brian Sebastián Buera; y los oficiales Alexander Natanael Suárez, Lázaro Samuel Ledesma y José Daniel Sequeira, fueron indagados como acusados del "encubrimiento agravado".
Se trata del mismo delito por el que fueron indagadas las sargentos Rocío Micaela González, Nurie Elizabeth Ottone, Cecilia Celeste Carballo, Verónica Cristina Fernández y Débora Giselle Reales.
Por el caso, la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires dispuso desafectar a todos los efectivos involucrados hasta tanto se aclare su situación con la Justicia.
Fuentes vinculadas a la investigación no descartan que haya más policías involucrados en el episodio, por lo que se esperan informes sobre la geolocalización de los patrulleros a través del sistema de rastreo vehicular automático (AVL), y las modulaciones que se realizaron durante el tiempo que duró el procedimiento policial.
En tanto, también el fiscal Arribas solicitó el análisis de todos los teléfonos celulares secuestrados a los 13 policías involucrados en el hecho, como así también el resultado de la operación de autopsia, que está prevista que se realice mañana en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora, adelantaron los voceros judiciales.
“Está todo filmado en HD (alta definición, según sus siglas en inglés). En dos cámaras se ve clara toda la maniobra que hicieron. Existe mucha prueba pendiente aún”, afirmó a Télam un investigador.
Los investigadores judiciales creen que, de acuerdo al análisis de al menos una cámara de seguridad particular ubicada en las inmediaciones que captó la secuencia, los policías asesinaron al presunto ladrón y le plantaron un arma de fuego, por lo que la hipótesis es que uno de los uniformados lo mató y otros lo encubrieron.
“El arma era una réplica de plástico que funciona a gas. En apariencia es la de una 9 milímetros o una calibre 11.25”, detalló un pesquisa.
A raíz de ello, se ordenaron las aprehensiones de los policías involucrados, que se llevaron a cabo anoche, y se los trasladó a la Estación de Policía de La Matanza y a la Comisaría de Villa Luzuriaga; mientras que las mujeres fueron llevadas a la Subcomisaría de 20 de junio.
Todo comenzó en la madrugada del jueves pasado, cuando efectivos policiales quisieron identificar al ocupante de una camioneta Ford Ecosport de color blanca, patente NVM110, quien al advertir la presencia de los miembros de la fuerza ingresó al barrio Puerta de Hierro y luego fue perdido de vista.
Horas después, alrededor de las 7.30, el rodado fue divisado en la esquina de Guatemala y avenida Crovara, en la localidad de San Justo, por lo que volvieron a intentar identificar a sus ocupantes, quienes emprendieron la huida.
En ese marco, se dispuso un operativo cerrojo y un patrullero del Comando Patrulla Centro, en el cual se desplazaban Schianini y Suárez le cerró el paso ya en el barrio San Alberto de Isidro Casanova, provocando que chocaran de frente contra el móvil.
Según la versión inicial de los efectivos, el joven que manejaba les apuntó con un arma de fuego, por lo que se le impartió la voz de "alto policía" y luego Schianini le efectuó un disparo con su pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros reglamentaria, que impactó en el tórax de la víctima.
Tras constatar el fallecimiento de Acosta, los agentes preservaron la escena y dieron intervención al fiscal Arribas, quien dispuso que las actuaciones del caso fueran realizadas por la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y que se relevaran las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones.
En tanto, en ese momento no adoptó ningún temperamento en cuanto al sargento que mató a Acosta, hasta tanto no pudiera visualizar las imágenes y se llevara a cabo la autopsia al cuerpo de la víctima.
Por otro lado, luego se constató que la numeración del chasis de la camioneta estaba adulterada y que el verdadero dominio del vehículo tenía pedido de secuestro activo por el delito de "robo automotor", con fecha del 21 de octubre último, a requerimiento de la comisaría de La Tablada.