Luego de tres días de juicio, la fiscal del caso Gabriela Macaya le pidió a un tribunal colegiado que declare responsable a un varón A.M.A, por lesionar, amenazar y encerrar a su expareja en Plaza Huincul.
La representante del Ministerio Público Fiscal requirió que el caso sea analizado con perspectiva de género y afirmó que se dan todos los tipos de violencias que prevé la Ley 26485. En su alegato manifestó que “estamos ante una víctima con vulnerabilidad extrema, con dependencia emocional, incapaz de protegerse a sí misma y registrar la situación en la que está inmersa”.
La funcionaria del MPF pidió la declaración de responsabilidad y argumentó que de otro modo se estaría incumpliendo con los compromisos asumidos por el Estado, al suscribirse a los Tratados Internacionales que establecen la obligación de actuar con la debida diligencia para prevenir, sancionar y erradicar la violencia.
Los delitos que Macaya le atribuyó al acusado son privación de la libertad y abuso sexual con acceso carnal, en concurso real con coacción agravada por el uso de arma de fuego, amenazas agravadas por el uso de arma de fuego y lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género, todo en calidad de autor (artículos 142 inciso primero, 119 tercer párrafo, 149 bis primer y segundo párrafo, 149 ter, 89, 92, 80 inciso uno y once, 55 y 45 del Código Penal).
El tribunal que juzgó el caso, integrado por los jueces Diego Chavarría Ruíz y Richard Trincheri y la jueza Liliana Deiub, comunicó que pasó a deliberar y dará a conocer el veredicto al que arriben en una audiencia de lectura de sentencia el próximo 5 de marzo.
Los hechos
La teoría del caso que sostuvo la fiscalía durante todo el debate es que el hecho fue cometido el 23 de febrero de 2024 a las 14:00 cuando la víctima salía de su vivienda, ubicada en un barrio de Plaza Huincul. En esas circunstancias, A.M.A intercepto a la mujer, que es su expareja, la obligó a subirse en el vehículo que manejaba, le apuntó con un arma de fuego y la llevó hasta su domicilio. Una vez en el interior de la vivienda, el imputado la golpeó en varias partes del cuerpo, la pateó, la llevó de los pelos hasta el baño y la metió debajo de la ducha con agua fría. Luego, la llevó hasta su dormitorio, donde la abusó sexualmente.
El imputado mantuvo a la mujer encerrada en su domicilio durante tres días, hasta el 26 de febrero. A.M.A no sólo la privó de su libertad, sino que además le quitó el teléfono para asegurarse de que no pudiera pedir ayuda.
También, la fiscal del caso le atribuyó al imputado que el 21 de marzo de 2024 a las 20, abordó a la mujer cuando salía de su domicilio, le apuntó con un arma de fuego, le quitó a su hija y la obligó a subirse al vehículo que él conducía. Luego mientras iban circulando ella intentó bajarse, pero el A.M.A, la tomó de los pelos, la golpeó en la cabeza con el arma y la amenazó con prenderla fuego. Finalmente, la mujer logró saltar del vehículo y fue hasta un destacamento policial, donde recibió ayuda.
En el juicio, la fiscal Macaya explicó que fue a partir del segundo hecho, que la víctima pudo denunciar el hecho anterior.