La CGT, ambas CTA y los trabajadores de la economía popular se sumaron al "absoluto rechazo" a las decisiones de desregulación de la economía, al DNU y al proyecto de ley de "Bases" enviados por el Ejecutivo, en una medida de fuerza de 12 horas por "la quita de derechos".
Por Adolfo Rocasalbas
La CGT, ambas CTA (de los Trabajadores y Autónoma), los trabajadores de la economía popular (UTEP), movimientos sociales y un mosaico de multisectoriales realizarán este miércoles el primer paro en la era de Javier Milei, que será acompañado por una masiva movilización hacia el Congreso, en lo que constituirá una verdadera demostración de fuerza gremial en rechazo de las medidas económicas del Gobierno.
Las tres centrales obreras y sus aliados ratificaron durante toda la semana su "absoluto rechazo" a las decisiones de desregulación de la economía, al decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/23 y al proyecto de ley de "Bases" enviados por el Ejecutivo al Congreso.
La medida de fuerza de 12 horas, decidida hace algunas semanas por el Comité Central Confederal (CCC) de la CGT, fue declarada de forma unánime ante "el salvaje ajuste que afecta a los sectores más vulnerables y a los trabajadores y ante la quita de derechos laborales y jubilatorios", según señalaron los dirigentes de las centrales obreras.
Sin embargo, los gremios del transporte garantizaron la movilidad de los ciudadanos que quieran participar en la marcha hacia el Congreso, por lo que habrá servicios hasta las 19.
La totalidad de las organizaciones confederadas adhirieron a la medida de fuerza y a la movilización frente al Parlamento, ya que "las decisiones adoptadas en solo un mes por el Gobierno afectan a un vasto sector de la sociedad", aseguró el cotitular cegetista Héctor Daer, quien junto con sus pares de la central obrera Carlos Acuña y Pablo Moyano denunció que algunos legisladores "negocian los proyectos oficiales en un hotel vecino al Congreso (Savoy) a espaldas del pueblo y en un contexto oscurantista para lograr votos".
El Gobierno, mientras tanto, se encargó de manera rápida de aclarar a través del vocero presidencial Manuel Adorni que descontará el día de paro a todos aquellos trabajadores estatales que adhieran a la medida de fuerza, lo que provocó el rechazo de las entidades gremiales.
La CGT se reunirá nuevamente el próximo lunes para delinear de forma definitiva los últimos detalles organizativos, logísticos y de preparación de la huelga y la movilización hacia el Congreso, pero existe entre los dirigentes obreros el interrogante de cómo aplicará la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el 'Protocolo Antipiquetes', al que las centrales obreras calificaron como "inconstitucional" y ya denunciaron ante organismos mundiales.
En ese sentido, el líder del Sindicato de Conductores de Trenes La Fraternidad, Omar Maturano, desafió de plano la iniciativa de la ministra y convocó a convertir la jornada del miércoles próximo en "un nuevo y radiante 17 de Octubre", en tanto el marítimo Juan Carlos Schmid aseguró que "la marcha será contundente y muy importante", y puntualizó que "la aplicación de ese protocolo es del todo imposible e impracticable".
"No se trata de una bravuconada mía ni del movimiento obrero. Pretender aplicar el 'Protocolo Antipiquetes' (en referencia al protocolo de Orden Públicos) desde el Ministerio de Seguridad ese día es impracticable, imposible. Quinientas mil o más personas no pueden marchar por la vereda. Es así de simple. Espero que Bullrich lo entienda de una vez, porque además se trata de ejercer el legítimo derecho constitucional a manifestarse y a protestar", dijo Schmid a Télam.
El camionero Pablo Moyano fue aún más lejos y acusó a la ministra de pretender "montar un show mediático", y señaló a esta agencia su "esperanza" de que el miércoles Bullrich "no procure provocar a los trabajadores y generar un incidente para luego acusarlos".
Hugo y Pablo Moyano encabezaron el viernes último un plenario de más de 1.000 delegados en el Club Camioneros del partido bonaerense de Esteban Echeverría, en el que ratificaron el repudio a las medidas económicas y a los proyectos enviados por el Gobierno al Congreso y realzaron "la decisión de convocar a la huelga contra el ajuste".
"¿Cómo es esto? Si la CGT y los gremios no hacen nada ante este feroz ataque son acusados de ser la burocracia sindical. Si salen a la calle en defensa de los derechos que se pretenden vulnerar algunos afirman que se apresuran. O sea siempre es lo mismo, tanto si hacen algo o no hacen nada. Es inexplicable", remarcó Pablo Moyano esta semana.
La incógnita a futuro es cómo continuará la relación entre las centrales obreras y el Gobierno luego de esta primera demostración de fuerza, ya que el secretario adjunto de la CGT y dirigente estatal, Andrés Rodríguez, se encargó de asegurar a esta agencia que "por el momento no hay ninguna mesa de diálogo con el Ejecutivo, y no creo que la haya".
No obstante las diferencias que de forma histórica conviven en el movimiento obrero, las principales espadas sindicales se encargaron de reafirmar "la monolítica unidad gremial".
"A pesar de las diferencias existentes, estamos más juntos que nunca ante este feroz ataque contra los trabajadores y la mayoría de la sociedad. Nadie podrá introducir una cuña en el movimiento obrero. El enemigo es implacable y debe existir más unidad que nunca para torcer el rumbo al que se pretende llevar al país", afirmó Pablo Moyano.
Las centrales sindicales apuestan a producir una demostración total de fuerzas ante propios y extraños, y no escatimarán esfuerzos para que la marcha sea multitudinaria.
A tal punto el movimiento sindical apuesta a mantener y profundizar "la unidad ante el feroz ataque oficial" que para la totalidad de sus dirigentes pasó inadvertido esta semana el "resurgimiento y reaparición pública" del gastronómico Luis Barrionuevo, quien ofreció una sorpresiva conferencia de prensa en el hotel gremial propio de Mar del Plata.
Barrionuevo, quien había respaldado a Javier Milei durante toda la campaña electoral y hasta le ofreció "100 mil fiscales propios" para custodiar las urnas, señaló en la ocasión que el presidente "erró el rumbo e incorporó a la casta política a su Gobierno".
Ni lerdo ni perezoso, respaldó el paro y la marcha del miércoles, le recomendó a los funcionarios de la cartera de Seguridad que "se guarden" ese día y aseguró que La Libertad Avanza (LLA) "viene por nosotros y los convenios colectivos y es inadmisible".
Ningún integrante del consejo directivo de la CGT, en el que conviven varios representantes del barrionuevismo, se dio por aludido ante esos dichos y la reversión de un camino que el gastronómico había comenzado a recorrer junto con el presidente.
"La unidad es más fuerte en estos momentos. En alguna ocasión se pasarán facturas, pero no es la oportunidad. Hay que garantizar el paro y la masiva marcha porque efectivamente el Gobierno quiere aniquilar a las organizaciones gremiales y todas las conquistas obtenidas desde 1945. Eso es lo importante y no las diferencias o los caminos que algún dirigente haya emprendido de manera equivocada", dijeron voceros gremiales.
La CGT apuesta al miércoles, y aguarda reacciones concretas del Gobierno y de los legisladores para analizar de forma meticulosa como diagramará el futuro inmediato.