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Un informe de UNICEF a marzo de 2.024, señala que “el aumento de los precios y el estancamiento económico desde hace más de una década han incidido en la capacidad de generación de ingresos de millones de hogares con niñas y niños”.

No obstante, una proyección indica que, en 2024, se verifica un aumento ostensible de la pobreza monetaria de niñas y niños: de concretarse ciertas previsiones macroeconómicas la pobreza total podría llegar a un 71% y la pobreza extrema a un 34%.

La organización advirtió que alrededor de “10 millones de chicas y chicos en Argentina comen menos carne y lácteos en comparación al año pasado por falta de dinero, en un contexto en el que, además, los ingresos de casi la mitad de los hogares con niñas y niños no alcanzan para cubrir gastos básicos de alimentación, salud y educación”.

Esta afirmación fue avalada por un reporte que se conoció esta semana que muestra que el consumo de lácteos en el país sigue en constante caída y se encamina a ser el año con el nivel más bajo de la historia. El Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) advirtió que el consumo de lácteos en Argentina cayó un 17,6% en el primer semestre de 2024.

En concreto, detalla: “El consumo anualizado per cápita en 2024 se proyectó en 156,3 litros por habitante, muy por debajo de los 194 litros por habitante que se registraron en 2023… las leches fluidas presentaron una caída (de ventas) del 23% en la comparación interanual de junio y acumulan un 16,2% de caída en el semestre”. El análisis detalló que la leche fluida no refrigerada cayó un 18,5% en el semestre, mientras que la leche refrigerada mostró una disminución del 12,2%. Además, el consumo de leches en polvo sufrió un descenso interanual del 33% en junio, acumulando una caída del 30% en lo que va del año.

Al referirse a los sectores que padecen un mayor impacto de la pobreza, Unicef indicó que “afecta especialmente a las personas que viven en hogares con menos acceso educativo, a los hogares monomarentales, con jefatura femenina o cuando están situados en un barrio popular”.

Ante esta situación, consideró que se necesita “una combinación de políticas y la protección de los recursos presupuestarios que se asignan a la niñez, que permitan sostener y mejorar los esquemas de protección de ingresos destinados a familias en mayor situación de vulnerabilidad”.

En otro párrafo, el informe de Unicef indica que más de siete millones de chicos viven en la pobreza monetaria. Desde el organismo lo explican señalando que “el aumento de los precios y el estancamiento económico desde hace más de una década han incidido en la capacidad de generación de ingresos de millones de hogares con niñas y niños”.