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Por: Eduardo Enrique Rubio (Dady)
Antes de empezar mi “carta abierta” queridos compañeros, y compañeras, quiero señalar que lo hago desde la esencia de la memoria, la ética y la militancia política por más de 40 años en Neuquén como peronista.

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También desde mi protagonismo, algo innecesario para señalar, pero viendo las circunstancias que me llevan a escribir esta carta, necesario: Fui refundador de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) en 1982, cuando muchos de ustedes todavía no participaban en política o sólo sabían que había una Dictadura en retirada. Lo fui también de la JUP (Juventud Universitaria Peronista) en 1986, en la Universidad del Comahue, estableciendo el primer “Bloque peronista de graduados, profesores, no docentes y estudiantes” en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de General Roca (Río Negro), tuve el honor de ser dos veces candidato a Intendente por mi ciudad, en los años 2003 y 2007, creando el primer partido vecinal de Zapala. Y, sobre todo, fui oposición al MPN (Movimiento Popular Neuquino) por más de 40 años, cuando muchos en nuestra historia partidaria fueron cómplices, colaboracionistas y hasta funcionarios del mismo. Perdón por este CV político, que reitero es innecesario, pero no quiero obviar el haber liderado la segunda mayor rebeldía popular al MPN y su poder, que fue nuestra “Pueblada Zapalina” en el año 2001.

Ahora, que ya sabemos desde donde escribo, paso a desarrollar, en forma muy breve, lo que quiero manifestarles:

El peronismo es, fue y será, revolucionario. Esto implica ser pueblo y no una selfi o una breve historia de Tik Tok.
Claro que es necesario una “renovación y dinámica” de un “nuevo” peronismo, pero esto no significa ser un “nuevo” partido sino una propuesta política alternativa. Quiero recordarles que fui uno de los primeros “peronistas” que adhirió a un frente alternativo al MPN que se sintetizó en el “Frente Neuquinizate”, y muchos de ustedes, que ahora se rasgan las vestiduras por la “actitud” legislativa de Martínez, Peralta y Parrilli, dependían de su “voluntad u oportunismo” para llegar a ser gobernantes, funcionarios o trabajadores del estado, como lo son ahora. Si hay algo, que los peronistas, no podemos evitar es la hipocresía cuando esta es necesaria, ¿no? .

Ahora, también en esto de andar en “actitudes” y “criticas”, sería fundamental señalar que nuestro límite es Milei. Si hay peronismo no puede haber Milei y compañía.

Rolando Figueroa, un adversario y amigo, cruzó ese límite cuando firmo el “pacto de Mayo” y su correlato provincial. Podemos ser coherentes, a veces, también los peronistas ¿no?.

Hace tiempo que Juan Domingo Perón no está entre nosotros. Hace tiempo que el “trasvasamiento generacional” es una deuda y un devenir. Pero, como decía, el que ya no está: “El peronismo es una filosofía de vida. Una ideología que durará siglos, mientras la doctrina se puede adaptar a los tiempos. Somos una tercera posición y un capitalismo humanizado. Sólo deseamos la felicidad del pueblo, y eso es gobernar bien...”.

Les pregunto, ¿Ustedes están felices en Neuquén y el país? Si es así, me alegro compañeros, y compañeras, pero si la respuesta es no, que esperan para dejar de ser “Carmelitas descalzas” de cualquier convento de moda. Gracias.

Abrazo compañero sin hipocresía.

Eduardo Enrique Rubio (Dady)

Periodista – director Gral. De FM SUR Zapala

DNI: 18.449.386