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El gobierno de Javier Milei enfrenta una creciente ola de cuestionamientos, incluso desde su propio riñón ideológico, a raíz de la reciente toma de deuda en dólares para cubrir vencimientos en pesos. Economistas ortodoxos y liberales advierten que las decisiones del ministro Luis Caputo repiten errores del pasado y podrían estar gestando una nueva "bomba financiera".

Fausto Spotorno de OJF Consultora explica que el Gobierno tiene serios problemas para renovar su deuda en pesos, acumulando vencimientos de $46 billones en Lecaps hasta fin de año. La estrategia de pagar LEFIs a los bancos y esperar que esos fondos se reinviertan en Lecaps no es suficiente, llevando al Ejecutivo a buscar dólares en el mercado internacional. El resultado, según Spotorno, es que "la deuda no disminuye, solo cambia de forma: más en dólares, menos en pesos".

Desde el liberalismo, Roberto Cachanosky tildó el plan de Caputo de "keynesiano", acusando al gobierno de usar los ahorros de la gente para sostener el gasto, una táctica que, asegura, es propia de "cualquier populismo". La falta de incentivos y confianza hace que los "dólares del colchón" sigan fuera del circuito, un punto resaltado irónicamente por Carlos Melconian: "Mi canuto es mi canuto".

Las objeciones también provienen de figuras como Domingo Cavallo, quien criticó a Caputo por no cumplir las promesas de rebaja de impuestos y devaluación. Martín Rapetti de Equilibra fue contundente: "Las medidas de Caputo solo cambian de bolsillo la deuda del Estado".

En los mercados, la preocupación crece. Eduardo Costantini de Consultatio advierte que la estrategia de carry trade es "peligrosa" a largo plazo, ya que la salida de capitales especulativos podría generar una fuerte presión cambiaria. Claudio Zuchovicki de BYMA, si bien reconoce el "ordenamiento macroeconómico", enfatiza la necesidad de "ordenar la microeconomía", es decir, el bolsillo de la gente, para evitar el estancamiento. La pregunta clave, según Zuchovicki, es para qué se toma la deuda: "Si se usa para inversión productiva, puede ser virtuosa; pero si se va en gasto corriente, es un problema".

La tensión entre la estabilización de corto plazo y la sostenibilidad a largo plazo es palpable. La estrategia de rollover y la emisión de deuda en dólares, sin resolver la falta de demanda voluntaria para renovar vencimientos, "deja al Tesoro más expuesto", concluye Spotorno, generando nuevas vulnerabilidades financieras.